Hola a todas las que habéis seguido esta charla. En estos tres años habéis sido muchísimas las que os habéis sentido identificadas con esta historia y todas me preguntabais por la evolución de mi hijo. Así que voy a haceros un resumen.
El protagonista tiene ahora 5 años y, después de 3 años y medio de esfuerzo, constancia y dedicación, es un artista que está para comérselo.
Tuvo problemas para pronunciar absolutamente todas las consonantes, de manera que empezó a hablar sólo con las vocales. Esto provocaba que sólo yo lo entendiese, y la gente al principio creía que el niño no hablaba sino en una jerga propia, pero con ayuda de su logopeda y a fuerza de corregirle, a los 4 años empezó a utilizar las consonantes y fue por entonces cuando se le abrieron las puertas de la comunicación.
Hasta ese momento el niño básicamente me buscaba a mí para comunicarse porque los demás no lo entendían, después ya empezó a buscar a los demás dentro del entorno familiar. Y es ahora, cuando su lenguaje ha evolucionado lo suficiente, cuando ya busca a sus compañeros para jugar, correr, reirse...
Acude a un cole ordinario y tiene una PT, que no lo saca fuera del aula, si no que tres veces por semana entra ella a la clase y lo ayuda a ser independiente, realizar las tareas, relacionarse con sus compañeros... en fin, lo va encaminando para que esa diferencia que todavía existe entre él y los demás (que ya es poca), se vaya acortando.
Realiza las mismas actividades que sus compañeros, está empezando con la lectoescritura, respeta absolutamente todas las normas de la clase, cumple sus funciones como encargado ( pasar lista, repartir material, ordenar...), sale a la pizarra, realiza todas las fichas...
La maestra está súper contenta con su evolución y con su carácter. Dice que, así como a cualquier niño es normal que algún día se lleve un castigo, éste no lo necesita, que se porta muy bien. Es amigo de todos y dice que nunca lo ha visto discutir con nadie. Que es un niño muy alegre y sobre todo, feliz.
Todos los años hacen una excursión a una granja escuela y él tambien ha ido con todos, y me han dicho que se porta muy bien.
En casa es otro cantar, porque a las madres siempre intentan torearnos, pero la verdad es que tampoco podemos quejarnos. Si le mandas hacer cualquier cosa, él la hace. Come muy bien, se ducha solo, se viste y se desviste ( ahora está en esa época en la que quiere decidir la ropa que se pone) y si no fuera porque todavía no le he enseñado cómo encender la vitrocerámica, haría la cena, porque es un cocinillas. Es perfectamente capaz de hacerse una tortilla solito, elegir la sartén adecuada, poner aceite, sacar todos los ingredientes (incluso es creativo y a veces le pone trocitos de queso o frankfurt). Le tuve que enseñar a utilizar la tabla de cortar y el cuchillo porque tenía demasiado interés en cortar él mismo las verduras, así que pense que sería mejor que lo hiciese bien. Y lo hace fenomenal, no se ha cortado nunca.
Con su hermana pequeña es estupendo. Comparte, se rie, se chiva de lo que hace, la regaña, se preocupa... Pero también ejerce de hermano mayor y le hace mucho la puñeta y se burla de ella cuando la ocasión lo requiere.
Cuando salimos él está pendiente de a dónde vamos, que vamos a hacer y tiene una capacidad asombrosa para acordarse de los lugares en los que ha estado, de lo que comió o hizo en cada sitio y de cómo se llega.
Este es el tercer año que va a natación. Nada como un pececillo y sin flotador desde que tenía tres años. Y en natación es uno más, un poco anarquista, porque muchas veces le tienen que llamar la atención para que nade como le han explicado y no en estilo libre, pero uno más. Está deseando qie llegue el día para ir a la piscina, tanto que tuve que apuntarlo dos días a la semana porque me preguntaba todos los días: hoy vamos a natación?. Adora a sus maestros y ellos estan muy co tentos con él, incluso lo apunto allí a las escuelas de navidad y pascuas cuando no tienen cole.
¿Y que le falta por conseguir?
Pues todavía nos quedan metas por alcanzar: mejorar el lenguaje (lo que vendrá con su maduración, cada día habla más y mejor), pronunciar bien la L y la R, mejorar la atención, no dejar nunca que se obsesione con cosas (a la primera de cambio, si notamos que algo le atrae más de lo que debería, cortamos el problema de raíz, y él lo acepta)... y creo que eso es todo! Ahora hay mucho menos que conseguir que antes.
Supongo que las que estáis leyendo esta historia habréis peleado tanto como yo. Nosotros no nos cansamos nunca de exigirle el máximo en cada momento, aunque llegue tu suegra y te diga: déjale descansar, eso no se lo exijas, eso él no lo entiende... Nada. Nosotros a lo nuestro, a trabajar duro, a exigirle más a no parar ni cuando la mente te pide una tregua.
Hoy hace una semana que pasamos nuestro último test idea, en el que el artista sacó unas puntuaciones que dejaban bien claro que ninguna de las áreas tiene afectación posible, por lo que queda completamente descartado el diagnóstico TEA, aunque su neuropediatra no le vaya a quitar esa etiqueta nunca. Es posible que sea el propio niño el que un día se la arranque y se la tire a la cabeza.
Para los que me preguntáis, soy de Valencia y toda la evolución del niño se la debo a los profesionales que han tratado al niño desde el primer día y cuya manera de abordar la problemática de estos niños es completamente distinta a cualquiera que había visto por ahí. Es la gente de Som Riure en L'Alcúdia. Un Viva! Por esos grandes profesionales.
Me acuerdo siempre de una frase que me dijo una prima, y desde ese día la hice mía: "Le dijeron que era imposible. Les saludó desde la cima"