Foro / Maternidad

Leerlo es importante...chicas no se pueden perder este informe es espectacular...

V
virgil_5170470
28/7/03 a las 16:51

Ciclo menstrual

Cada período menstrual tiene una duración de cuatro semanas aproximadamente, aunque es variable en cada mujer, y a veces cada ciclo. Los primeros impulsos hormonales en cada ciclo son emitidos por la glándula pituitaria o hipófisis, una minúscula glándula situada en la base del cerebro. Centros situados en las porciones inferiores del cerebro (hipotálamo), directamente conectados con la hipófisis, determinan que hormonas serán secretadas. La menstruación podrá retrasarse o incluso cesar por completo si la mujer experimenta disgustos o ansiedad, si está enferma, o bajo una fuerte presión psicológica. Pero incluso cambios menos significantes (viajes, trabajo, estrés, etc.), consiguen afectar el ciclo menstrual. Por eso, situaciones como el deseo de quedar embaraza, pueden a su vez tener fuertes repercusiones sobre los ciclos.

En condiciones normales, el hipotálamo secreta un factor liberador de gonadotropinas (GnRh), el cual permite que la hipófisis secrete a su vez unas hormonas especiales (las gonadotropinas: hormona luteinizante: LH y hormona estimulante del folículo: FSH), que son conducidas a los ovarios por el torrente sanguíneo. Los ovarios responden a esta estimulación aumentando su producción de estrógenos (estradiol).Simultáneamente, un óvulo que está dentro de un pequeño saco llamado folículo, comienza a madurar en uno de los ovarios.

El primer día del ciclo se considera el primer día del período menstrual (primer día de sangrado. Dos semanas después, aproximadamente, el folículo que contiene al óvulo, está maduro. Mide aproximadamente 20 mm de diámetro y además de servir de contenedor para el óvulo, se ha convertido en una minúscula estructura productora de hormonas. En el momento adecuado, por acción de hormonas de la hipófisis, el folículo se rompe y fuerza la salida del óvulo en la superficie del ovario, donde es capturado por la trompa. Durante unas cuantas horas (aproximadamente 8 horas) el óvulo permanece en la trompa, donde espera encontrarse con un espermatozoide para ser fertilizado, y si no es así, sigue su curso hacia el útero y muere.

Una vez que el folículo se ha roto, se transforma en una estructura conocida como cuerpo lúteo, que produce grandes cantidades de una hormona llamada progesterona durante las dos semanas siguientes. La progesterona, entra en el torrente sanguíneo de la mujer, alterando en particular el endometrio que tapiza el útero, preparándolo para recibir el óvulo maduro. Por lo tanto, el útero se prepara todos los meses para el embarazo. Si esto no ocurre, las capas más externas del endometrio se desprenden, ocasionando la hemorragia que conocemos como menstruación o regla

Ovulación

La ovulación se desencadena por el aumento de una hormona: la LH, la cual a su vez aumenta por la producción de estradiol por el folículo periovulatorio. El aumento de LH conduce a la reiniciación de la meiosis y maduración del núcleo y citoplasma del ovocito.

La ovulación es un proceso dinámico que tiene lugar en el plazo de uno o varios minutos. La porción del folículo que se halla frente a la cavidad abdominal se rompe limpiamente de una manera rápida y el líquido que llena el folículo sale fuera, junto con millones de células contenidas en él, que habían producido las hormonas sexuales femeninas. En medio de este gran número de células, se halla el óvulo, el cargamento más valioso del folículo, rodeado de millones de células protectoras que proporcionan el medio y la nutrición para el mismo. Varias horas después de la ovulación, las fimbrias de la trompa (proyecciones de la misma), han adoptado la posición correcta para capturar al óvulo e impedir su desaparición en la cavidad abdominal.

Las células que no consiguieron escapar del folículo en el momento de la ovulación, comienzan a crecer y a modificar su producción hormonal. Hasta ese momento, prácticamente, la única hormona formada en el folículo era el estrógeno; ahora esta producción disminuye bruscamente, y, en su lugar, el cuerpo lúteo comienza a producir progesterona.

A veces, el líquido de una trompa puede fluir a la otra que, si es larga y móvil, puede alcanzar el ovario opuesto. El hecho de que el óvulo pueda cruzar a la trompa contra lateral es cierto, puesto que existen mujeres que han quedado embarazadas a pesar de la ausencia de una trompa en un lado, y de un ovario en el otro.

Una vez en el interior de la trompa, el óvulo queda rodeado de un entorno que lo envuelve del mismo modo que cuando se hallaba en el interior del folículo. Ahí empieza la maduración, esperando al espermatozoide. Cuando el óvulo madura, la mitad de los cromosomas son expelidos y el ovocito maduro se encuentra en estado de Metafase II. Esta es la señal para conocer que el óvulo se encuentra en el momento idóneo para ser fecundado. Cuando los pronúcleos masculino y femenino se unen (singamia), se forma el cigoto, la fertilización ha finalizado y comienza la embriogénesis.

Como ya se ha mencionado anteriormente, en el curso de la vida de una mujer, la ovulación se repite mensualmente hasta unas 400 veces en total. Es más bien cuestión de suerte cual de los dos ovarios depositará el óvulo: a menudo los ovarios no se alternan de una manera regular cada mes. No obstante, si un ovario es extirpado quirúrgicamente por cualquier razón, la ovulación se seguirá produciendo cada mes en el ovario restante. Sin embargo, como también ya se ha mencionado previamente, la mayoría de los óvulos no serán nunca usados. La mayor parte de su casi medio millón de óvulos tienen la misma capacidad teórica de ser fertilizados, pero nunca llegan a madurar por completo, sino que, por el contrario, degeneran gradualmente.

.- Fecundación (Ir arriba)

La mujer, en fecha ovulatoria, aumenta la producción de moco cervical por la influencia de hormonas como el estradiol, lo cual permite que los espermatozoides que penetran en la vagina, naden hacia las partes altas del tracto reproductivo femenino con más facilidad.

Como se comentaba anteriormente, durante las relaciones sexuales normales, sin protección, se liberan millones de espermatozoides en el eyaculado, que solo sirve como vehículo de los gametos, y como tampón para protegerse del pH ácido de la vagina. Cuando llegan al cervix, los espermatozoides nadan ayudados por el moco cervical, agrupándose en unas formaciones características denominadas espicas (Figura 5) , de forma que comienzan a orientarse en su ascensión. La movilidad de los espermatozoides en ese momento se hace más rápida, cambiando desde el momento de la eyaculación. A partir de aquí, comienza la selección espermática: los espermatozoides más lentos, con defectos o anomalías, no llegan hasta el óvulo, sino que quedan en el camino. También se ha demostrado en algunas especies animales, que los espermatozoides más válidos son aquellos que quedan en las criptas del tracto femenino, en espera, para liberarse horas o incluso días más tardes y ascender hacia la trompa.

Figura 5. Espermatozoides en contacto con el moco cervical, formando las espicas
En el trayecto de los espermatozoides, ocurre un fenómeno denominado capacitación espermática. Este proceso permite al espermatozoide su capacidad de fecundar, y comprende una serie de cambios bioquímicos, morfológicos y de movilidad, que varían en todo su recorrido. El medio ambiente que los espermatozoides van a encontrarse a su paso por el útero y las trompas, va a ser determinante en este proceso. La cabeza del espermatozoide está recubierta por una especie de capuchón denominado acrosoma, que contiene unas enzimas (sustancias que tienen un órgano diana como destino de su actuación), que van a facilitar su penetración en el ovocito. Cuando el espermatozoide llega a las proximidades del óvulo, en primer lugar, cambia drásticamente el patrón de movilidad: disminuye la linealidad y aumenta el desplazamiento lateral de la cabeza, para permitir atravesar las cubiertas del mismo. Por otra parte, para que el espermatozoide pueda atravesar y fecundar el óvulo, tiene que sufrir la llamada reacción acrosómica, proceso en el cual, los espermatozoides pierden el acrosoma y liberan las enzimas hidrolíticas que les permiten poder ser fecundantes.

Cuando los espermatozoides llegan a la trompa hasta el ovocito (únicamente unos pocos frente a los millones que se liberaron en principio), sólo uno será capaz de atravesarlo y conseguirá la fecundación. Este bloqueo de la polispermia, se produce por la liberación de unos factores que impiden la penetración en el óvulo de más de un espermatozoide. Cuando el gameto masculino atraviesa las cubiertas del óvulo (células de la granulosa, zona pelúcida y membrana plasmática), el material nuclear de la cabeza, que contiene el componente genético, se fusiona con el núcleo del gameto femenino maduro (metafase II), que, al igual que el espermatozoide, contiene la mitad de la dotación genética (haploide, o 23 cromosomas). Esta fusión de los núcleos femenino y masculino restablecerá el número diploide de cromosomas (46 cromosomas) en el proceso denominado singamia. (Figura 6)

Figura 6. Ovocito fecundado, con 2 pronúcleos y dos cuerpos polares.



En el proceso de la fecundación, la membrana plasmática del ovocito y del espermatozoide se unen, y este último entra dentro de del citoplasma del ovocito. Después de entrar el espermatozoide, el ovocito secundario completa la división meiótica liberándose el segundo cuerpo polar. El núcleo del ovocito maduro se conoce como pronúcleo femenino. Dentro del citoplasma del ovocito el núcleo en la cabeza del espermatozoide se alarga, para formar el pronúcleo masculino. Durante este proceso, la cola del espermatozoide degenera. Morfológicamente, los dos pronúcleos, masculino y femenino, son indistinguibles. Durante el crecimiento, los pronúcleos replican su ADN. Ambos pronúcleos, entran en contacto, pierden sus membranas y se unen para formar una nueva célula que es el cigoto. La fecundación se completa a las 24 horas aproximadamente de la ovulación.

El cigoto, o producto de la fusión de los núcleos de los gametos, es el estado intermedio entre el gameto y el embrión. El proceso de división consiste en repetidas divisiones mitóticas del zigoto, que origina un incremento en el número de células. Primero, el cigoto se divide en dos células conocidas como blastómeras; estas se dividen en 4 células, después en ocho, y así sucesivamente, (Figura 7), hasta que el embrión llega a tener más de 10 células y pasa al estado de mórula (como su nombre indica, con el aspecto arracimado de una mora), y finalmente al de blastocisto. En esta etapa, el embrión, que ha ido migrando desde la trompa hasta el útero, aproximadamente una semana después de la fecundación, se pega al endometrio, liberándose el trofoblasto o masa celular interna, y produciéndose el proceso de implantación embrionaria, a partir del cual se irá desarrollando el feto, con sus diferentes etapas de diferenciación y proliferación celular.

Figura 7.- Embriones de 2 y 4 células.



5. - Implantación embrionaria (Ir arriba)

La implantación supone la fijación del blastocisto al endometrio materno. Es el comienzo de una íntima relación fisiológica entre la madre y el feto, indispensable para el desarrollo de la gestación en los mamíferos, que acabará con el parto. Se trata de un proceso único que requiere un diálogo o comunicación entre dos organismos con diferente dotación genética e inmunológica, el embrión y la madre, o de forma más específica, el trofoblasto embrionario y el endometrio materno. Este diálogo debe producirse además de forma sincronizada en el tiempo y en el espacio. El período de tiempo en el que este diálogo es posible se denomina ventana de implantación, variable en cada especie animal. En la especie humana se extiende desde el día 6 hasta el día 10 después de la ovulación. El lugar en que se produce es la cavidad uterina, encontrándose el embrión en estado de blastocisto, y el endometrio receptivo.

En el proceso de implantación, el embrión se desarrolla desde el estado de 1 célula (cigoto), hasta blastocisto dentro de la zona pelúcida. Este proceso entraña una serie de divisiones las cuales resultan en la generación de dos tejidos en el embrión: las células totipotenciales de la masa celular interna, y el trofoectodermo, y primer tipo de células diferenciadas. El trofoectodermo rodea la cavidad del blastocisto, o blastocele y la masa celular interna, y estas células establecen un contacto físico y bioquímico con el endometrio materno. Poco después de que el embrión se desarrolle en blastocisto, este eclosiona desde la zona pelúcida y se une a la cavidad endometrial. Después de la adhesión, las células del trofoectodermo continúan su división hasta las células del trofoblasto. Estas células son altamente invasivas, y secretan altos niveles de compuestos (enzimas), que facilitan la penetración en el endometrio uterino.

En relación con el desarrollo del blastocisto el útero debe cambiar su estado, desde una etapa pre-receptiva, que ocurre después de la ovulación y antes de la implantación, al estado receptivo, el cual permitirá la unión y soportará el desarrollo del blastocisto. Una vez iniciada esta fase, persistirá durante un espacio de tiempo reducido, que está coordinado con el desarrollo del embrión y las acciones hormonales.

El blastocisto se comunica con el ovario materno (cuerpo lúteo), estimulando la producción de progesterona y estrógenos necesarios para mantener la integridad uterina y la gestación, hasta que la placenta toma el relevo entre las semanas 10 a 15. El factor de secreción durante la gestación más importante en la especie humana es la hormona hCG (gonadotropina coriónica), secretada por el trofoblasto y detectable en el plasma sanguíneo entre los días 8 y 10 tras el pico de LH, alcanzando máximos niveles en la semana 10 y reduciéndose después.

6.- Alteraciones del proceso reproductivo

Cualquier anomalía en alguno de los procesos mencionados anteriormente puede causar esterilidad. Se puede hablar de anomalías estructurales, (por ejemplo, anatómicas: malformaciones uterinas, etc.), hormonales (alteraciones de la ovulación o de la producción de espermatozoides), todas ellas circunscritas en el ámbito puramente médico, o bien anomalías en la función de los gametos. Estas últimas, que son las que se tratarán a continuación, son las relacionadas con la función biológica. Como se ha mencionado arriba, para conseguir una gestación se necesita la conjunción de toda una serie de procesos íntimamente conectados: en la mujer y el varón por separado, pero también en la pareja como conjunto. En principio, poder disponer de un óvulo cada mes capaz de ser fecundado, por una parte, y espermatozoides que puedan llegar al mismo, es la condición imprescindible. Pero además, una vez conseguida la fecundación, tienen que, como ya se ha visto, coincidir una serie de factores para que el embrión implante y sea viable el embarazo.

Alteraciones de causa femenina (Ir arriba)

La principal causa de infertilidad en la mujer (40%) es la dificultad o incapacidad para conseguir la ovulación. En otro 40% se distribuyen las alteraciones de las trompas, patología pélvica y endometriosis. Las anomalías uterinas o cervicales se dan en el 10%, y el otro 10% restante lo constituye la esterilidad de origen desconocido.

En cualquier caso, el número y la calidad de los ovocitos son determinantes para que la función reproductiva femenina sea normal. En cuanto al número, aunque cada mes normalmente sólo se libera un óvulo por la trompa, existen circunstancias en las cuales cesa por completo la ovulación y no se dispone de óvulos que puedan ser fecundados. La edad es la causa principal de la depleción de los ovocitos. Se ha estimado que el 40% de las mujeres de 40 años son estériles, a pesar de continuar ovulando. Sobre los 45 años, aproximadamente son estériles un 85% de las mujeres. Sin embargo, la anulación en la producción de los ovocitos puede ocurrir a cualquier edad. Puede tener lugar una pérdida acelerada de ovocitos en el útero, durante la infancia, o durante los años reproductivos.

La agenesia gonadal o displasia, es una condición en la cual los ovarios son incapaces de formar el útero en la vida fetal. Las niñas son fenotípicamente normales, pero no desarrollan características sexuales secundarias, porque la función hormonal no tiene lugar.

La depleción congénita de ovocitos también puede tener un origen genético, como por ejemplo el síndrome de Turner (cariotipo 45,X), aunque también puede ser de causa desconocida. La pérdida de función ovárica también puede ser iatrogénica. La irradiación pélvica con exposición de los ovarios a radiaciones de más de 800 Rad. , causará fallo ovárico. Algunos agentes quimioterápicos, especialmente las drogas alquilantes pueden causar fallo ovárico, dependiendo de la dosis.

La pérdida de función ovárica durante la infancia no es sintomática hasta la pubertad, cuando debería de tener lugar la maduración sexual. Después de la infancia, el fallo ovárico precoz puede ocurrir en cualquier momento de la vida reproductiva.

Respecto a la calidad ovocitaria es más difícil de detectarla, y casi siempre pasa inadvertida a no ser que se recurra a técnicas de Reproducción Asistida. En muchas ocasiones nos encontramos una esterilidad diagnosticada como de origen desconocido donde la causa radica en la mala calidad de los ovocitos, lo que no se comprueba hasta llegar a un procedimiento de Fecundación in Vitro al observar y clasificar los ovocitos en el laboratorio. Por otra parte, la causa de esta deficiencia suele ser una incógnita. Entre los posibles orígenes de mala calidad ovocitaria se encuentra el engrosamiento de la zona pelúcida, de manera que el espermatozoide es incapaz de atravesarlo.

En resumen, la falta de producción ovocitaria o la mala calidad de los gametos puede deberse a los siguientes factores:

alteraciones hormonales
causas genéticas
edad
ambientales-iatrogénicas
autoinmunes

Anomalías de pareja

La dificultad en la concepción puede ser, como ya se ha visto, por causa femenina (mala calidad del óvulo), masculina (imposibilidad del espermatozoide para llegar al gameto femenino), o de pareja. En este caso, nos referimos fundamentalmente a cualquier anomalía en el ámbito de la fecundación o del desarrollo embrionario. Puede existir una causa inmunológica que impida la fecundación, o simplemente una incompatibilidad entre el moco cervical y el semen. Hasta hace unos años, se realizaba un test llamado de incompatibilidad moco-semen, en el cual se valoraba si los espermatozoides del varón podían penetrar en el moco cervical de la mujer, aún cuando ambos eran normales. Hoy en día es una prueba en desuso, ya que el tratamiento de elección, sea cual sea el resultado, es el mismo, y ya que ha transcurrido bastante tiempo sin lograrse una gestación, se suele recurrir a la Reproducción Asistida.

También se puede contemplar desde el punto de vista de pareja la esterilidad por fallos de implantación. Aunque hasta este punto todo sea normal, no sabemos con exactitud si la falta de gestación puede estar ocasionada por un embrión anormal, o por un problema en el endometrio. En cualquier caso, esta alteración no permite lograr el embarazo, y los últimos avances del momento en Reproducción van por esta vía ya que es la más desconocida, y la que más problemas originan relacionados con la esterilidad.

Anomalías de implantación (Ir arriba)


La alteración del mecanismo fisiológico de la implantación está implicada total o parcialmente en la producción de las siguientes entidades patológicas:

a) Aborto preclínico: aproximadamente un 30% de los embriones en mujeres normales presentan una implantación morfológicamente anormal y abortan inadvertidamente antes de la menstruación. Estas alteraciones pueden ser debidas a alteraciones morfológicas de la masa celular interna por ausencia o mal posición de la misma, o alteraciones del trofoblasto.

b) Aborto de repetición: se define como la existencia de tres o más abortos consecutivos, y es causa de infertilidad en el 2 al 5% de las parejas en edad reproductiva.

Alteraciones genéticas

Tanto la mujer como el varón pueden existir anomalías cromosómicas que impidan o disminuyan la fertilidad. Estas alteraciones pueden caracterizarse por la ausencia de ciertos cromosomas (deleciones) o cromosomas adicionales (duplicaciones. La combinación de los cromosomas sexuales X e Y y la modificación de los segmentos dentro de los cromosomas puede causar un profundo efecto en la fertilidad. Aunque las anomalías más severas son autolimitantes, ya que no se pueden pasar los defectos a la descendencia, pueden heredarse muchos errores genéticos que se traspasan y otros que aparecen por mutaciones, espontáneamente.

Más importante que el uso de todos los ensayos vistos hasta el momento como pruebas diagnósticas en sentido estricto, ha sido su aplicación en estudios diseñados para ampliar nuestros conocimientos fundamentales de la biología de la reproducción, y, desde aquí, elucidar las lesiones bioquímicas responsables de una función defectuosa. Es solamente a través de la perseverancia en tales estudios que comprenderemos la naturaleza y orígenes de la infertilidad y desde este conocimiento desarrollar una terapia adecuada


CHICAS ESPERO LES SIRVA.
SI QUIEREN QUE LES MANDO TODO SOBRE EL VARON, ME LO PIDEN.
BESOS. SUERTEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE.


GNOMA. MAIL: gnoma@enfemenino.com

Ver también

Ultimas conversaciones
No te pierdas ni uno solo de nuestros tableros en Pinterest
pinterest
ISDIN Si-Nails

ISDIN Si-Nails

Compartir