Adrianiti...
has estado impecable...
Yo también estoy de acuerdo en que los niños deben aprender a caerse y levantarse ellos solitos, a llorar, a saber que no se puede tener todo, a que las cosas no son cuando ellos dicen y como ellos exigen... Me ha encantado lo que has dicho de que "tú no estás ahí para entretener a tus hijos, sino para educarles". Esa es una culpa que me ha acompañado mucho tiempo: después de un día de trabajo, de cansancio y de no parar, mi hijo mayor EXIGE que juegue con él, siendo que él lleva todo el día jugando en el cole, y después en el parque otra horita más de regalo... Ese sentimiento de culpa es el que hace que te acabes sentando con él (sin disfrutarlo la mayoría de las veces, porque no puedes más), y que luego te acuestes a las mil haciendo todas esas cosas que deberías haber hecho en ese momento.
Y no, no somos ni súper heroínas, ni súper madres, ni súper personas... Somos simplemente mujeres que tenemos que tomar distancia de las cosas, empezar a relativizar y a cuidar un poco más de nosotras, sin obligaciones que nos sobrepasan, exigencias autoimpuestas, sentimientos de culpa...
Y es que los niños necesitan conocer el aburrimiento, la soledad, el enfado, el llanto y tantas otras cosas sin que sus padres estén encima de ellos para solucionarles todo.
Tengo un cuñado que no deja a su hija de 10 meses sola ni a sol ni a sombra, porque tiene miedo de que se caiga y se haga daño... Se pasa el día pegado a ella diciendo: ¡¡Ojo, fulanita, eso no...!!... . El otro día me miró con cara de loco cuando le dije que la niña necesitaba caerse y hacerse daño para saber que eso no lo tenía que hacer, porque si él se lo impedía, el día que no estuviera delante (que ese día llegará), la leche que se pegaría su hija sería más gorda, porque no sabría reconocer donde están los límites... Porque nadie (los niños tampoco) aprende con experiéncias ajenas.
Tengo un hijo de cuatro años que ha llorado porque no he querido sentarme con él en ese momento a jugar, porque no le he querido poner otra película, porque le he mandado a la cama sin cuento por no querer cenar... ¡¡Y es un niño mentalmente sanísimo!! y es cariñoso, y es inteligente, y no está frustrado... Pero sobre todas las cosas sabe quien es la autoridad en casa, sabe que llorando no consigue nada... y ha aprendido a razonar y a no exigir...
No creo que sea beneficioso el sobreproteccionismo con los niños de ninguna edad, creo que se debe educar casi desde el momento cero, teniendo en cuenta la edad y la madurez del niño... Eso no significa ser un tirano, no ser cariñoso, no jugar con ellos... Significa establecer unas normas claras, hacerlas cumplir, felicitarles si aciertan y hacérselo ver si lo hacen mal... Educar desde el cariño, pero educar, dejándonos de ñoñerías y teniendo siempre presente que esos pequeños rechonchetes tan monos t tiernos, serán algún día mayores, y somos nosotros los únicos responsables de ese futuro que tienen por delante.