Yo
me he dedicado a todo un poco. Trabajé como camarera y dependienta desde COU hasta que acabé filología. Luego trabajé como teleoperadora mientras hacía económicas porque como filóloga no encontraba trabajo. Me ofrecieron un trabajo en una universidad a distancia y allí estuve dos años (en esta época hice otros cursos a distancia de lo mío), y en medio de esto, me presenté en mi comunidad a las oposiciones y quedé en listas, y he ido haciendo sustituciones con mayor o menor suerte (a veces de un mes, a veces todo el curso) hasta hoy. Cuando nos vinimos aquí, me pesó un poco dejar el otro trabajo, porque era algo medianamente estable, pero la verdad es que no era lo mío, mi gran pasión siempre fue la filología y además queríamos volver "a casa". Así que ahora trabajo menos y dependo más de la suerte (y de los recortes), pero estoy mucho más contenta: trabajo en lo que me gusta, aunque no tanto como quisiera, tengo un horario compatible con la familia...
Personalmente, creo que cuando se está en paro es el momento de reciclarse y buscar alternativas, y si siempre tuviste algo en mente que no pudiste hacer, lanzarte de cabeza. El trabajo ya se hace duro a veces incluso cuando te gusta lo que haces, imagínate si no te gusta. Además, con la crisis que hay, si se tiene trabajo hay que agarrarse a él sin pensarlo, pero si no se tiene, tampoco se puede esperar sin hacer nada. Haz lo que te guste, que seguro que le sacas provecho.