Cada uno
pone sus reglas, que para eso está en su casa. Cada uno le da más importancia a unas cosas. Lo que a unas personas les parece lo más natural en un niño, para otros es una falta de educación o de normas.
Yo, por ejemplo, nunca he consentido que coman en el sofá, o ir detrás de ellos dándoles la comida. Se come en la mesa, y si te levantas se supone que ya no quieres más y se retira el plato, si quieres comer más te tienes que volver a sentar y comer "como Dios manda" (si es que Dios se entretiene en estas cosas, que espero que no).
Sin embargo, mi hijo se acuesta en su cama, pero la mayoría de las noches se levanta y se viene a la nuestra, y yo no lo llevo de vuelta a la suya, se mete en la nuestra y es bienvenido.
Mis hijo comen lo que quieren, quiero decir la cantidad de comida que quieren, nunca les he obligado a dar un bocado más, pero también es verdad que siempre han comido bien.
Por otro lado yo nunca he hecho caso a las palabrotas, por ejemplo. Reconozco que a mí se me escapan de vez en cuando. Cuando el niño dice alguna hacemos como que no hemos oido nada, y así pierden su encanto y deja de decirlo. Una persona extraña que le oiga decir algo y vea que yo no hago nada pensaría seguramente que le estoy maleducando.
Mi hijo nos dice muchas veces "adios pringaos", se lo dice incluso a sus abuelos. Esto se lo ha enseñado su primo, pero es lo que tiene tener un primo de 13 años.
Yo procuro que mis hijos no molesten a los demás, que respeten y que tengan buenos sentimientos, lo demás me parece secundario. Espero que sean buenos chicos y personas fuertes cuando sean mayores, el tiempo dirá si lo consigo o no