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Casi, casi aborta

Última respuesta: 24 de agosto de 2007 a las 10:10
N
neyva_5926188
23/8/07 a las 15:03

Cogido de http://www.mujerjoven.net/view.php?ItemID=8169


Cuando el aborto parece ser la única salida

Obviamente no era un buen momento. Sin embargo, el test no mentía: estaba embarazada. Creía tener todo bajo control, pero no. La evidencia de las dos rayitas azules no dejaban lugar a duda: estaba embarazada.

¡Que diferencia con las otras veces! Siempre habían sido momentos de alegría, pero no esta vez: mi marido en seguro de paro, yo haciendo algunos trabajos de limpieza, tres niños de 10, 8 y 6 años, y ahora un embarazo, ¿qué iba a hacer?

No le dije nada a él. No quería agregarle más problemas. Últimamente las cosas entre nosotros no estaban nada bien. Su silencio crecía cada día más, y todo intento por sacarlo de su depresión parecía inútil. Me sentía muy sola.

Una amiga me trajo la solución: abortar. Ella había estado leyendo mucho, y me dijo que ahora que todavía era una cosita de nada, y como aún nadie se había enterado, era el momento ideal. Ella se ofrecía a prestarme el dinero, y a hacer todos los arreglos necesarios.

-Ni siquiera tu marido se va a enterar, me dijo. Si te lo haces de mañana, la misma tarde puedes estar en tu casa. Yo me encargo de tus niños cuando salgan de la escuela.

Sin duda era una buena amiga, me estaba ayudando en todo. Así lo pensé yo. Claro que los cuentos que yo había oído de los abortos no parecían tan sencillos, siempre escuché que muchas mujeres morían, o que quedaban un poco mal de la cabeza después de abortar, por el dolor de matar a un hijo, ¿no? Pero mi amiga me aseguró que todo eso era puro cuento.

La noche anterior al día fijado para la intervención, terminé las tareas de la casa mientras todos dormían. Había que dejar la casa en orden y la comida lista para el mediodía cuando los niños volvieran de la escuela. Planché alguna ropa, puse en remojo otra y pasé a dar un beso a los niños antes de acostarme. Hacía ya varios días que me venía repitiendo internamente que estaba haciendo lo mejor, lo único que podía hacer. Ahora, por fin había llegado el momento y ya todo iba a quedar atrás, como un mal sueño, me dije a mi misma mientras entraba al cuarto de mis hijos. Cuando me acerqué al menor, le di un beso en su mejilla calentita, y sentí ese olorcito tan particular que tienen los niños chicos. No aguanté más y me puse a llorar en silencio. Una angustia enorme oprimía mi cuerpo. El bebito que tenía dentro mío iba a ser un día como éste que dormía con esa paz de angelito, y yo estaba decidida a matarlo...

Pasaron ya 3 años desde aquella terrible pero decisiva noche. Hoy no dejo de dar gracias a Dios por haberme dado un chispazo de luz en medio de tanta ceguera. Martín tiene ahora más de dos años y es un sol. Desde el día en que nació se convirtió en el centro de la casa, sus hermanos lo adoran. El embarazo no fue fácil, sobre todo porque la gente que nos rodeaba no nos entendía. A todos les parecía un disparate traer otro hijo al mundo. Sin embargo, creo que fue él quien nos devolvió la alegría que habíamos perdido. Nada hace reír tanto a mi marido como las travesuras de Martín. La situación económica sigue siendo muy difícil, pero él consiguió un trabajo estable.

Los tiempos que vivimos no son fáciles, pero estamos juntos. No somos ricos, no vivimos con desahogo, tenemos deudas, pero también tenemos trabajo. Y ninguna cosa material de este mundo podría sustituir el amor que nos dan nuestros hijos y la alegría de verlos crecer cada día.




Ver también

N
neyva_5926188
24/8/07 a las 10:10

Gracias, pero...
no es mi historia, está sacada de la página que pongo arriba.

Gracias de todos modos, tienes buen corazón.

ISDIN Si-Nails

ISDIN Si-Nails

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