En los momentos que estamos tensos o ansiosos nuestra respiración se hace superficial y más rápida, y cuando tenemos miedo o sentimos dolor generalmente alteramos su ritmo normal. Esto a veces pasa en los momentos difíciles o dolorosos del parto, creando un círculo vicioso: el estrés causa tensión y respiramos superficialmente, dándole al cuerpo menos oxígeno, produciendo de esta manera más dolor, que causa a su vez más estrés y así sucesivamente hasta que sobreviene el nacimiento, en una atmósfera de angustioso dolor y sufrimiento. Si eres capaz en esos momentos de enfocar tu atención en la respiración, exhalando e inhalando tranquila y profundamente a lo largo de cada contracción, puedes revertir el proceso y disminuir el dolor y el estrés. Podrás notar que esta técnica realmente funciona poniéndola en práctica en tu vida cotidiana.
Si sientes algún dolor mientras realizas tu actividad física habitual o bajo otras circunstancias, con esta técnica de respiración el dolor se disipa y desaparece, trayendo placer y bienestar. Mientras esta técnica se perfecciona con la práctica, notarás que es una herramienta excelente para relajarte y tranquilizarte.
Practicando esta técnica diariamente te notarás en armonía contigo misma y con tu bebé, como así también con el mundo que te rodea, relajando tu cuerpo, liberando tensiones y mejorando la postura y la movilidad de tus articulaciones.
¿Dónde puedo realizar esta técnica?
Debes buscar un lugar tranquilo, donde nadie te pueda molestar y asegúrate de que el lugar esté bien ventilado. Si el tiempo lo permite, al aire libre. Puede que quieras estar sola, con tu pareja u otra embarazada. Se recomienda no comer antes de una hora de realizar esta actividad. Se puede realizar en tres posturas