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Cuidado de la piel de tu bebe

Última respuesta: 14 de marzo de 2004 a las 16:44
Beth011173
Beth011173
12/3/04 a las 20:25

¿Existe algo más perfecto que la piel de tu bebé? No podés resistirte a tocarla y a acariciarla. ¡No te detengas! A tu bebé le encanta tanto como a vos.

La protección de la piel delicada es otra tarea importante para un padre o una madre. A continuación, presentamos lo que necesitás saber y hacer.

Piel de bebé

La piel de tu bebé es suave y tersa y, al mismo tiempo, resistente y elástica. La piel constituye el órgano más extenso del cuerpo humano; es un conjunto de células que se agrupan para formar una barrera delgada, pero resistente. La piel se renueva constantemente durante la vida, proceso que se inicia, incluso, antes de nacer.
Sin embargo, muchas veces, al principio, la piel de un recién nacido no puede considerarse perfecta. No te alarmes si encontrás grandes zonas con erosiones, enrojecimiento o escamas en los primeros días después del nacimiento. Las zonas de las muñecas, rodillas y pies pueden llegar a sangrar a medida que se van adaptando a la exposición al aire. Todo esto es normal. Usá una crema suave para ayudar a lubricar y reparar la piel que sangre o que esté resquebrajada. Muy pronto, la piel de tu bebé se recuperará y volverá a ser tersa.

Para mayor información acerca de cómo prevenir o curar el sarpullido en el área del pañal, hacé clic aquí.


Cremas humectantes

Para mantener sana la piel de tu bebé, necesitás conservar su suavidad y resistencia naturales. Incluso si la piel de tu bebé no esta resquebrajada, no dudes en que se beneficiará si usás cremas humectantes. Para lubricación diaria, usá vaselina, o alguna otra crema humectante para niños. Podés comprar productos sin perfume, con ingredientes como aceite mineral o petrolato. La crema humectante que aplicás diariamente a tu bebé no debería contener sustancias como ácidos alfahidróxidos o protectores solares.
De hecho, es una excelente idea usar la misma crema humectante que te aplicá en el cuerpo porque, de todas formas, el bebé y vos siempre están en contacto. Cualquiera sea tu decisión, mantenela, de tal forma que la piel de tu bebé no tenga que adaptarse nuevamente a las diferentes combinaciones de ingredientes en distintos productos.


El sol y tu bebé

Todos los bebés deberían mantenerse fuera del alcance de la luz solar directa. Un bebé puede quemarse con el sol en un período muy breve, de 10 a 15 minutos, incluso en los días nublados.
La > primera barrera de defensa debería ser la ropa. En los días calurosos, vestí a tu bebé con ropa liviana de algodón que le cubra los brazos y las piernas. Asegurate de ponerle un sombrero de ala ancha para el sol cada vez que salga. Tratá de evitar las salidas cuando los rayos solares son más fuertes, es decir, entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde.

Recientemente, la American Academy of Pediatrics (Academia Americana de Pediatría) cambió su postura con respecto a los bebés y los protectores solares. Hace un tiempo, recomendaba no utilizar protectores solares en bebés menores de 6 meses. Sin embargo, ahora señala que no existen pruebas de que haya riesgos si usted aplica pequeñas cantidades de protector solar a un bebé pequeño. De todas maneras, no utilices el protector solar como sustituto de la ropa protectora. Usalo para cubrir la cara, manos y pies expuestos de tu bebé.


Cuidado de las uñas

Las uñitas de tu bebé son muy delgadas, afiladas y crecen de una manera ¡sorprendentemente rápida! Es posible que tengas que cortarlas muy seguido, hasta dos veces por semana. Esto es muy importante, ya que los recién nacidos pueden rasguñarse la cara con sus propias uñas.
Para cortárselas, utilizá una lima suave, un cortaúñas o tijeras de punta redondeada especiales para bebés. Es posible que te resulte más fácil realizar esta tarea cuando tu bebé esté durmiendo. Para no cortar la piel de la yema de los dedos mientras cortás la uña, sostené el dedo firmemente y empujá la piel hacia atrás. No te alarmes si le sale un poco de sangre (esto le ocurrirá, por lo menos una vez, a pesar de todos tus esfuerzos). Para detener la sangre, simplemente aplicá un poco de presión.

Las uñas de los dedos de los pies crecen mucho más lentamente y, por lo general, son más blandas. No es necesario mantenerlas tan cortas como las de la mano; alcanza con cortarlas una o dos veces por mes. A pesar de que puede parecer que el bebé tiene una uña encarnada, esto casi nunca ocurre. Llamá a su médico si la piel que rodea a las uñas de los pies se enrojece, se inflama o se endurece.


Circuncisión

El cuidado de la circuncisión de tu hijo recién nacido no es una tarea difícil si sabés qué hacer. La primera semana después de la operación, el pene puede estar bastante rojo y tener una costra amarilla. Mantené el área limpia utilizando un jabón neutro y agua cada vez que cambies los pañales. Cubrí la cabeza del pene con vaselina para protegerla y cubrila suavemente con gasa protectora. Si en algún momento notás que se ha producido una infección, ponete en contacto con su pediatra.
Si tu bebé no está circuncidado, lavá el pene con un jabón neutro y agua, del mismo modo que el resto del área del pañal. No intentes tirar hacia atrás el prepucio; por lo general, hacia el tercer año de vida se habrá retraído espontáneamente.


La ropa de tu bebé

Vestí a tu bebé recién nacido con una capa más de ropa que la que vos estés usando, para mantenerlo cómodo y abrigado. Para los recién nacidos esto significa: camiseta, pañal, pijama y una mantita, excepto en los meses más calurosos. Cuando la temperatura supere los 24C, podés disminuir esto a una sola capa de ropa. Tocá la piel de tu bebé con frecuencia para ver si está incómodo. Si sus manos y pies están fríos, agregá una capa más de ropa. Si la piel está caliente y transpirada, sacá una.
Si tu bebé es prematuro o tiene poca grasa corporal, no podrá regular muy bien su temperatura corporal y, quizás, necesite más capas de ropa para estar abrigado. Los recién nacidos que tienen poco pelo pueden necesitar una gorra, especialmente a la noche.

La piel de tu bebé puede ser sensible a las sustancias químicas que se encuentran en la ropa nueva y a los residuos de jabón y detergente que quedan después del lavado. Para evitar problemas:

Lavá toda la ropa y la ropa de cama nueva antes que las use tu bebé.

Durante los primeros meses, lavá la ropa de tu bebé por separado.

Usá un detergente suave y enjuagá dos veces

Ver también

H
hana_7837060
14/3/04 a las 16:44

Hola beth!
¡qué trabajito te has dado para escribir ese artículo! tienes mucha paciencia ( la que a mí me falta). Gracias por informarnos, es todo un detalle. Besos

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