Embarazo feliz
La depresión, confusión y necesidad de afecto son emociones comunes durante el embarazo. Aprende a vivirlas y manejarlas.
Durante el embarazo es frecuente que se altere el estado de ánimo sin aparentes razones y la embarazada experimente depresión, ansiedad y confusión.
Si esperas tu primer bebé, alientas ilusiones alrededor del pequeño: cómo será, a quién se parecerá, será niño o niña. También es común sentir temor de que algo ande mal en el embarazo, y cada síntoma o experiencia desconocida lo conviertes en un signo de alarma o malestar.
En esta etapa requieres de muchísimo afecto y es necesario que expreses ese deseo de sentirte querida, así sufrirás menos molestias y te resultará más fácil cuidarte y cuidar a tu bebé. Aunque el embarazo se desarrolla en tu cuerpo, es un proceso que debería involucrar a tu pareja y a tu círculo familiar.
El ambiente que te rodea es importante para que vivas un embarazo feliz, sin miedo y con el apoyo de tus seres queridos.
Montaña Rusa:
*****Según los expertos, en el primer trimestre de embarazo predominan la sorpresa y la emoción. Algunos malestares físicos interfieren con tu estado de ánimo. Aparecen temores con respecto a la permanencia de la gestación y de allí que un buen número de embarazadas comunique su nuevo estado sólo hasta estar seguras de que todo marcha bien.
El deseo sexual desaparece y te sientes demasiado sensible a nivel emocional. Experimentas cansancio y agotamiento físicos y sólo te interesan los temas que tengan relación con el embarazo.
*****En el segundo trimestre recuperas tu estado físico y tus malestares se desvanecen. Aparece la ansiedad por sentir al bebé, esas primeras patadas que regularmente se perciben a las 20 semanas de embarazo. Afianza tu relación con el obstetra (es importante aclarar las dudas, que entiendas todo lo que dice y que confíes en él), te gusta lucir tu notorio abdomen, te afanas por lucir ropa que se ciña a tu nueva figura, planeas mobiliario y muditas para el bebé y te sientes con más energías. Surge temor por la normalidad del pequeño.
En este segundo trimestre te acercas más a la pareja, retomas la sexualidad, y te preocupas por el peso y por el cuidado del cuerpo: te conectas más contigo misma y estás alerta a todas las sensaciones. En este período es muy común que algunos digan que aparentas menos meses de embarazo, pero no te alarmes: el tamaño del abdomen depende de tu estatura, contextura física y de si es o no tu primer embarazo, ya que la musculatura del útero tiende a estar más distendida después del primer hijo. Si tu médico te dice que todo va bien, no hay razón para que te preocupes.
Durante el tercer trimestre, el abdomen y el bebé tienen una existencia e identidad más notable. Ahora piensas en el parto (normal, cesárea) y de cómo saldrá todo en ese gran día.
Al séptimo u octavo mes te cuesta concentrarte en las tareas, duermes incómoda y la movilidad es más difícil. Quieres y no quieres que llegue el día del nacimiento: ¿será que llega en la madrugada?, ¿cómo serán las contracciones?, ¿cuánto durará mi trabajo de parto?, son algunas de las inquietudes más comunes.
Una sugerencia de los expertos: deja de criticarte y de culparte por todo. No pienses que deberías estar más contenta, más delgada o menos sensible... permítete vivir las sensaciones que experimentas y aprovecha tu embarazo para gozártelo al máximo. Una forma de hacerlo: háblale y cántale al bebé, y acaricia tu abdomen en respuesta a sus pataditas. Ten en cuenta que los bebés son muy receptivos a la estimulación intrauterina y al notar que responde a tus caricias, sentirás una gran satisfacción.
Es posible, sin embargo, que durante el embarazo te veas expuesta a situaciones estresantes o acontecimientos inesperados. Si te sientes ansiosa o deprimida, pide ayuda a tus amigos o familiares. Los masajes, la meditación y la relajación son técnicas útiles para liberar las emociones. También puedes buscar a una persona que te escuche y con quien puedas expresar todo lo que sientes.
Ten cuidado con el estrés: algunos estudios sugieren que los altos niveles se relacionan con parto prematuro y bebés con problemas emocionales o físicos en el futuro.
*****Cuida tu bienestar:
*Una manera de llevar un embarazo saludable es mantener una buena relación con el gineco obstetra. Debes sentir la suficiente confianza para manifestarle todas tus preocupaciones y tus opiniones. Nada peor que el silencio.
*Ignora las historias de partos traumáticos porque alterarían aún más tu estado emocional. A las mujeres les encanta hablar de sus experiencias del parto como a los hombres de los partidos de fútbol o de las hazañas en la pesca. Es así como un parto de cinco horas se transforma en uno de tres días y un róbalo de tres libras se convierte en uno de 12. No creas todas las historias espeluznantes que te cuentan otras madres, ello sólo te pondrá más nerviosa.
Recuerda: cada mujer experimenta el trabajo de parto de una forma diferente. Todo depende de tu actitud, capacidad de resistencia y estado emocional.
*Si sólo piensas en prepararte para el parto, puedes olvidarte de hacer planes para el futuro. Habla con otros padres acerca de lo que te espera durante los primeros meses de vida del bebé y haz una lista de lo que necesitas para que te resulten más fáciles, como pedir ayuda a familiares o amigos o contratar una persona que te colabore con las tareas domésticas.
*Sin importar tu esfuerzo, no esperes tener todo bajo control en el momento del parto. Es posible que no puedas librarte de la administración de analgésicos o que tu hijo no nazca en la forma que esperabas. Lo importante es el resultado final: una mamá y un bebé saludables.
*Nunca pienses que el embarazo es una etapa por la que estás obligada a pasar: piensa que es un período para apreciar y disfrutar. Todos los días dedica unos minutos para admirar los cambios que suceden en tu interior y sentir cómo crece y se mueve el bebé dentro de ti.