En primer lugar saludar a todo el mundo, pues soy nueva en esto. Sigo este foro pero nunca me he atrevido a escribir.
Mi caso es el siguiente: En junio de 2008 tube un hijo precioso, me quedé embarazada a la primera y practicamente sin ninguna complicacion durante el embarazo. El problema vino después, cdo fuimos a por el segundo. Tb me quedé embarazada enseguida, pero la cosa no fué bien, a las 12 semanas empecé a manchar y tras varios dias de reposó, finalmente aborté. No habia nada, se llegó a formar el saco, pero sin embrión. Lo pasamos muy mal, pq el aborto fué muy doloroso físicamente. Esto sucedió en octubre de 2010.
Pasados unos meses volvimos a intentarlo y de nuevo me quedé embarazada enseguida, pero desafortunadamente con la misma suerte que la vez anterior, se habia formado el saco, pero sin embrión. Esta vez me practicaron un legrado en la semana 9 (mayo de 2011), y me dijeron que esperara unos 3 meses para volvaer a intentarlo.
Mientras me hicieron unas pruebas, me sacaron que tenía trombofilia y q ésta podria ser la causa de mis abortos. Me recetaron un ac. fólico especial y me dijeron q si volvía a quedar embarazada tendria que estar todo el embarazo pinchandome heparina para evitar formacion de posibles trombos que puedieran provocar de nuevo un aborto.
Desde agosto de 2011 estamos intentándolo de nuevo y ésta vez no hay forma, y el tema es que estoy al borde de la desesperación. En las tres ocasiones anteriores yo me habia quedado embarazada enseguida y ahora parece imposible. El caso es que mi obsesión es tal, que todo gira en torno a lo mismo y está empezando a afectar a nuestra relación. Sé que tengo un niño precioso de casi 4 años y algunas veces me siento egoista, ya que muchas de vosotras no habeis podido tener ningún hijo, pero no puedo evitar sentirme así de mal. Cdo alguien cercano a mí se queda embarazada, la embidia me supera y lloro desesperadamete a escondidas al igual que cdo me baja la regla.
Sé que la obsesión no es buena, pero cada vez va a más, y la verdad es que no sé que hacer. Tengo 37 años y mi reloj biológico sigue su curso.
Por lo menos escribiendo mi historia parece que me he desahorago un poco y me encuentro un poco mejor.
Un beso