En el fondo es lo de siempre
a lo que estamos acostumbradas todas las que hemos ido a revisión de gine alguna vez, antes de embarazarnos. Los tactos no duelen, son un pelín engorrosos, pero generalmente no lo asocias con nada vergonzoso, porque todo es tan aseptico y poco personal. Los ginecólogos parece que lo has hecho millones de veces, así que la impresión que te llevas es más o menos como si te estuvieran auscultando, así de impersonal.
Con ello determinan la altura del útero (presionando a la vez con la otra mano sobre el abdomen, la posición y tacto del cuello, y poco más, dura un momentito, y se acabó.
Cuando te hacen citología meten un pequeño dispositivo para dejar un hueco y meter un palito. Con eso miran las células, la presencia de alteraciones de la mucosa, si hay cándida... También es indoloro, también terminan en un pis pas, tienen más prisa que tú por terminar!