Recopilan los estudios científicos más insólitos del último tiempo
P Los premios Ig Nobel galardonan estudios científicos absurdos o simplemente ridículos. Su autor -un matemático de la U. de Harvard- reunió en un libro los más curiosos. Estos buscan dilucidar el peligro de los cocos que caen de las palmeras o la fórmula para calcular cuántas personas irán al infierno, entre otros.
Marcelo Córdova
Desde 1991 la prestigiosa Universidad de Harvard premia en una curiosa ceremonia investigaciones publicadas en respetadas revistas, como Nature o British Medical Journal. Pese a este respaldo, y a que los galardones son entregados por premios Nobel, los estudios abarcan temas como el riesgo que representan los cocos al caer de las palmeras, o las razones tras la afición de meterse los dedos en la nariz.
Este es el espíritu de los premios Ig Nobel (www.improbable.com), que según su creador, Marc Abrahams, se entrega a quienes "han hecho algo que primero hace reír y luego pensar. Los Ig honran a gente cuyos logros no pueden o no debieran ser reproducidos".
Abrahams, un matemático de la U. de Harvard, acaba de publicar "Premios Ig Nobel: Los anales de la investigación improbable", un libro donde inmortaliza algunas de las investigaciones más insólitas.
La principal motivación de su libro es que "todos los ganadores han hecho cosas extraordinarias y de una u otra forma merecen una distinción", según dijo a La Tercera.
El enigma de las tostadas
Abrahams utiliza grandes dosis de humor para describir las 10 categorías premiadas cada año (ver recuadro). Por ejemplo, en 1991 el premio en Educación lo recibió el ex vicepresidente de EE.UU. Dan Quayle. Su mérito fue realizar comentarios notables como: "No es la polución lo que daña el ambiente, sino las impurezas en el aire y los océanos".
En 1994 obtuvo el premio en Matemáticas la Iglesia Bautista del Sur de Alabama por crear una fórmula para calcular "cuántos de sus feligreses irán al infierno". Aunque su preciso resultado fue que el 46% arderá por toda la eternidad, a los religiosos no les causó gracia el Ig Nobel y se negaron a recibirlo.
Aún más bizarro es el estudio galardonado en 1996 en Física, que intentaba explicar por qué las tostadas siempre caen al suelo por el lado en que tienen mantequilla. Robert Matthews -de la Universidad de Birmingham (Gran Bretaña)- concluyó que esto ocurre "porque el universo está hecho de esta manera".
El poder de la mente
Otro clásico es un estudio de India sobre los motivos de los jóvenes para escarbarse la nariz: el 50% lo hacía para destapar las fosas nasales. A eso se suma un reporte de la Universidad Maharishi, premiado en la categoría Paz, por determinar que "4.000 meditadores trascendentales redujeron la violencia en Washington en 18%".
Uno de los proyectos favoritos de Abrahams es el dispositivo Blonsky, "diseñado para hacer girar a una embarazada a alta velocidad y así acelerar su parto". Y otro el invento de Troy Hurtubise: "Una armadura diseñada para protegerlo de osos grizzlies. Fue tan diligente que para probarlo se lanzó cuesta abajo en varios barrancos, siendo golpeado por árboles a 64 km/hr".
Los vencedores del 2002
El nombre Ig Nobel se debe a Ignatius Nobel, legendario creador de la sustancia llamada popsoda y pariente lejano de Alfred Nobel. Estos son algunos ganadores del Ig Nobel 2002, cuyos sucesores serán revelados el próximo 2 de octubre:
P Física: Arnd Leike (Universidad de Munich, Alemania). Demostró que la ley matemática del decaimiento exponencial explica la desintegración de la espuma en un vaso con cerveza. "El y un ganador del Nobel fueron a un bar para reproducir los resultados", comentó Abrahams.
P Matemáticas: K.P. Sreekumar y G. Nirmalan (Universidad Agrícola de Kerala, India) por su reporte: "Estimación de la superficie total de los elefantes indios".
P Biología: Charles Paxton (Universidad de Saint Andrews, Reino Unido). Estudió la inusual excitación que muestran las avestruces cuando los humanos se acercan a sus corrales. "Parece que se hacen ilusiones con nosotros", dijo Paxton.
P Economía: entregado a los ejecutivos y auditores de 28 empresas, como Enron, Tyco y Xerox, "por adaptar el concepto matemático de los números imaginarios al mundo de los negocios".