me ha parecido interesante, entre otros temas que trata, éste:
Primeros signos que demuestran que ya está preparado.
Antes de los dos años de edad, lo más probable es que su hijo todavía no esté preparado para dejar los pañales. Pero, ciertamente, ya ha llegado el momento para empezar a observarle y fijarse en los site nuevos comportamientos -que normalmente no están todos presentes hasta después del segundo cumpleaños- como señales iniciales que demuestran la natural predisposición del niño para empezar a dejar los pañales.(...) Los padres tendrán que esperarse hasa que surjan las siete señales al completo (...)A continuación, preseentamos las siete señales que demuestran la predisposición natural del niño para dejar los pañales:
1. Ya no se siente tan atraído ni emocionado por el hecho de permanecer continuamente de pie o caminando. Ya está preparado para sentarse y aprender nuevas tareas. Ha progresado en sus andares, balanceándose e incluso corriendo, y ahora se siente más traído por el hecho de permanecer quieto, sentado, para aprender a utilizar sus dedos en funciones o actividades más complicadas. Cuando esto ocurre, la mayoría de los niños suelen tener dieciocho meses de edad, e incluso son mayores.
2. Su lenguaje es receptivo. Es decir, la habitilidad para comprender las palabras que escucha, por ejemplo, los deseos de sus padres. Además, recuerdo lo que le han dicho y lo transforma en acción. Ya puede escuchar y ejecutar órdenes que impliquen dar dos pasos: "Ve a tu habitación y tráeme un libro para que podamos leerlo" . Y se siente muy orgulloso de sí mismo cuando lleva a cabo las acciones de forma correcta.
3. Puede decir: "¡No!". Es decir, necesita poseer la habilidad de tomar decisiones sobre si está preparado o no. A menudo, los niños acceden y consiguen dejar los pañales por el mero hecho de complacer a sus padres. Pero, de repente, paran en seco, como si se diesen cuenta de que "ésa no era mi idea". Puede que hasta llegue a aguantarse las ganas de defecar y orinar hasta que se sienta preparado para hacerlo. (Si ello provocase un doloroso estreñimiento, podría tener más motivos para aguantarse las ganas de ir al lavabo y evacuar, creando así un no deseado círculo vicioso). No le fuerce a hacer nada, espere hasta que él mismo lo pida. Una vez que pueda protestar con palabras para manifestar su necesidad de hacer lo que él quiera, ya estará reparado para convertir la hazaña de dejar los pañales en su propio trabajo.
4. Empezará a dejar las cosas en su sitio. Puede que hasta empiece a recoger sus juguetes. Empezará a dejar los bloques de colores en su sitio. E incluso puede que le lleve las zapatillas porque sabe que son de usted y porque ¡no han de estar esparcidas por la habitación! algunos niños de esta edad no sólo aprenden dónde van las cosas, sino que también empiezan a mostrarse interesados por ordenar y organizar. Por ejemplo, distraerse durante horas intentado alienar todos los muñecos y coches en la estantería o en el cajón donde se guardan. Todavía me sorprende esta súbita necesidad que tienen los niños por colocar y organizar las cosas alrededor del segundo año de edad. Se están preparando para usar el orinal, pues ése es el lugar donde dispsoner los "desechos" -aunque todavía es pronto.
5. Imita el comportamiento de usted (...)
6. El niño empieza a orinar y defecar en momentos predecibles. A medida que el niño se acerca a su segundo cumpleaños, su sistema urinario y digestivo maduran. Empieza a defecar y orinar en momentos más predecibles. Puede permanecer seco durante una o dos horas. Al final de este año, puede que el niño deje de hacerse pipí encima mientras duerme la siesta. Después de la siesta será fácil intentar "coger" el siguiente pipí llevándolo al inodor. Las defecaciones empeizan a producirse en momentos más concretos a lo largo del día -normalmente durante, o justo después, de comer- Estos patrones pueden engañar a los padres pacientes, que pueden llegar a malinterprentarlos, pensando que son indicios que demuestran que el niño está listo, mucho antes de lo que verdaderamente toca.
7. Empieza a ser consciente de su propio cuerpo. El niño empieza a ser consciente de sus propias funciones corporales alrededor de los dos años de edad. A medida que se va familiarizando más y más con su cuerpo, empezará a señalarse los pañales haciendo ruido cada vez que se los moje. Incluso gruñirá cuando intente defecar. Animo a los padres para que también se fijen en estas señales. Su reconocimiento y conciencia le servirán para parender sin ayuda. También necesitará empezar a denominar a cada parte de su cuerpo y funciones, utilizando las mismas palabras que sus padres: caca, pipí, evacuar, pene, vagina, culva, culo, etc. Las palabras de sus padres, ahora también suyas, son las mejores definiciones. Todas ellas serán útiles para indicarle y explciarle sus popias funciones corporales.