Me gustaría compartir con vosotras cual fue mi experiencia.
En primer lugar me presentaré. Mi nombre es Gabriela y tengo 32 años.
Cuando tenía 18 años me quedé embarazada del que era mi novio, el primero y el único. Después de muchos llantos y miedos, decidimos que lo mejor para ambos era abortar. Éramos jóvenes y teníamos toda la vida por delante. Yo quería estudiar magisterio, él quería estudiar arquitectura, lo que suponía separarnos físicamente durante al menos, 5 años.
Nos informamos sobre las clínicas, visitamos un par, y nos decidimos por una de ellas. Allí, me informaron del proceso, me dijeron lo que iba a ocurrir, cómo y de qué manera, me preguntaron si estaba segura de lo que iba a hacer...
Salimos de allí con la decisión reforzada y con una cita para 15 días después.
Cinco días después de aquello, ocurrió algo... Me llamaron por teléfono, serían como las doce de la noche. Javi había ido, como todos los viernes por la tarde, a jugar al fútbol. Pero ese viernes no llegó. Ese viernes, mientras que él iba en la moto, un conductor - que más tarde se comprobó que iba drogado - se llevó para adelante la moto de Javi, y su vida.
Os podéis imaginar mi desesperación. Mi Javi, mi amor, mi niño, se había ido para siempre. No iríamos a París ese verano, como teníamos planeado, para celebrar que habíamos entrado en las carreras que queríamos. No iría a visitarle a su piso de estudiantes en Valencia al año próximo. No nos casaríamos en el Santuario de la Fuensanta al acabar la carrera...
Quería morirme, quería irme con mi Javi. No tenía nada que me retuviese aquí. Pasé días horribles, llorando a todas horas. En el entierro de Javi, me desmayé varias veces, estaba rota de dolor.
Ver a los padres de Javi destrozados me desgarraba por dentro. Y entonces tomé la decisión. Javi se había ido, pero había dejado algo aquí. Había dejado a su hija.
Hablé con mis padres y con los de Javi, les conté que estaba embarazada y que habíamos decido abortar, pero que esto lo cambiaba todo. No podía deshacerme de lo último que quedaba de Javi.
La madre de Javi me suplicó que no abortase, me pidió por favor que no lo hiciera. Mis padres fueron más comedidos y me dijeron que sopesase lo que esto significaba. Las razones que me habían llevado a querer abortar aún seguían ahí y no iban a cambiar, más bien al contrario, iba a estar sola para criar a un bebé.
Para no extenderme aún más, decir que me decidí, tuve a mi hija. Estudié Educación Infantil, aunque tardé 5 años en terminar (soy "licenciada" en Educación Infantil, como yo digo en broma a veces) y aprobé unas oposiciones.
Mi hija hoy tiene 13 años y conoce toda la historia de su nacimiento. Sabe que no iba a venir al mundo, y sabe porqué vino. Quiero que tenga toda la información y que sepa que ella también es libre de tomar sus decisiones, sin ser presionada por nadie, y que ante una misma situación, las circunstancias pueden cambiar el rumbo de los acontecimientos. Que no podemos juzgar los actos de los demás en base a nuestras circunstancias o nuestras creencias o valores. Y que si hay algo en esta vida que vale más que cualquier tesoro es la LIBERTAD.
Un saludo a todas.