Rompo una lanza
a favor de las educadoras infantiles. Me parece que por aquí hay un poco de desconfianza hacia ellas y creo que ese es el problema. La educadora de mi niña es muy profesional, pero además encantadora y cariñosa, y por lo poco que conozco al resto de educadoras del centro, son todas igual. No creo que sean una excepción, mas bien al contrario, y creo que es una profesión que requiere una fuerte vocación.
Los niñ@s se pelean en el cole, en el parque, en casa (entre hermanos), supongo que será parte de su desarrollo (que me corrijan las entendidas). Si mi niña sale de clase con un mordisco me duele como madre, pero cuando decicí llevarla a la escuela ya sabía que habría otros 12 peques a los que atender y que hay niños mas tranquilos y otros con la mano "mas larga".
Para terminar decir que si un niño lleva las uñas largas la culpa es de sus padres que no se ocupan de su higiene adecuadamente y que espero que la educadora de mi hija se ocupe de ella así de bien por vocación y no por lo que la paguen (que en los tiempos que corren seguro que no es tanto).
Saludos a todas y gracias a nuestras estupendas educadoras.