Hola, en el foro de arriba (el de embarazo) en el que ya estamos haciendo sitio para la próxima avalancha de positivos nos han pedido que os hagamos una visita para daros ánimos ya que últimamente parece que andan un poco caídos.
Por eso os escribo este mensaje. Para daros muuuuchos ánimos a todas, para que sigáis en vuestra dificil lucha, para que no decaigais (sé que es fácil decirlo), para que sigáis contándonos vuestros éxitos y vuestras decepciones...
Y como no me quiero enrollar más os adjunto una bonita historia que he encontrado por internet.
Un beso grande a todas
* LA RANA QUE NO QUISO MORIR*
Un grupo de ranas viajaba por el bosque
y, de repente, dos de ellas cayeron en un
hoyo profundo. Todas las demás ranas se
reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron
cuán hondo era el hoyo, le dijeron a las dos
ranas en el fondo que para efectos prácticos,
se debían dar por muertas. Las dos ranas no
hicieron caso a los comentarios de sus
amigas y siguieron tratando de saltar fuera del
hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas
seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo
que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó
y murió. La otra rana continuó saltando tan
fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud
de ranas le gritó que dejara de sufrir y
simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana
saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente
salió del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le preguntaron:
¿No escuchaste lo que te decíamos? La rana les
explicó que era sorda. Ella pensó que las demás
la estaban animando a esforzarse más para salir
del hoyo.
Esta historia contiene dos lecciones:
Primero: La lengua tiene poder de vida y muerte.
Una palabra de aliento compartida a alguien
que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo
y finalizar el día.
Segundo: Una palabra destructiva a alguien que
se encuentre desanimado puede ser lo que acabe
por destruirlo. Cualquiera puede decir palabras que
roben a los demás el espíritu que les lleva a seguir
en la lucha en medio de tiempos difíciles.
Tengamos cuidado con lo que decimos. Pero
sobre todo con lo que escuchamos, no siempre
hay que prestar atención, utilicemos sólo lo
que es bueno. Hablemos de vida, de alegría,
de esperanza, a todos aquellos que se cruzan
en nuestro camino. Ese es el poder de las palabras...
A veces es difícil comprender que una palabra de
ánimo pueda hacer tanto bien.