Amate
Estuve casada diez años y no logramos ser padres. Nos divorciamos y después tuve una relación que resultó ser efímera por el tiempo que duró, pero grandiosa, porque concebí a mi hijo.
El papá lo ve cada semana y sabes: he logrado ser feliz. Entendí que el papá y yo nunca estaríamos bien viviendo juntos.
Tengo la ventaja de que hace tres años estoy en terapia psicológica. Te aconsejo que acudas a una, que te valores y no permitas tratos abusivos e indignos. Tú y tu hija no lo merecen.
He pasado por situaciones muy difíciles y he logrado superarlas aceptando ayuda de quienes me quieren, pero sobre todo de mí.
Pasado el susto de verme con mi bebé y con una gran inexperiencia he logrado disfrutar mucho mi maternidad. Me amo y eso lo transmito a mi hijo, a quien veo como un sol que crece bello. Amate, es mi consejo y recuerda esa canción que cantaba Miguel Ríos: "No estás sola".