y no me refiero a las noches en vela, ni a la preocupación cuando están enfermos, ni al trabajo de más hasta caer rendida, o a tener que multiplicarte para llegar a todas partes. Me refiero al amor, al cariño que tus hijos te dan cuando son pequeños, a la admiración que ves en sus ojos, al consuelo que suponen tus brazos, a sentirte y saberte la persona más importante del mundo sólo porque lo eres para ellos................. pero luego todo eso cambia, justo cuando te estás acostumbrando a sentirte así, justo cuando tu autoestima está en lo más alto empiezan a dejar de necesitarte, ya no buscan tus brazos, ni tus besos son los besos que curan sus heridas.
Un días ves en sus ojos esa mirada de desprecio que reconoces haber tenido para tus propios padres.......y te da miedo. Una mala contestación, un mal gesto, sabes que ahora se sienten superiores a tí......¡¡¡Dios mío, empiezan a ser adolescentes!!!!
Entonces recuerdo la frase de Rosa Jové, algo así como "quiéreme cuando menos me lo merezca, porque será cuando más lo necesite", y la entiendo más que nunca. Sé que en el fondo sigue siendo sólo una niña que quiere que la quiera, que quiere que la acepte, que le recuerde lo mucho que vale. Luego vuelve su sonrisa y vuelvo a ver a la niña que bebía los vientos por mí, y la adoro, pero no soporto sus silencios, sus malas caras..... aunque me recuerdo a mí misma que está sufriendo, que hay tantas cosas que no entiende, y recuerdo mi propio sufrimiento, y os juro que la entiendo, no quiero ser como mis padres, no Impa, no quiero repetir sus errores.
Entonces me abrazo fuerte a mi niño, y recuerdo que mañana cumple ya 4 años y me gustaría parar el tiempo, pero sé que no es posible, aunque me consuelo pensando que cuando me toque pasarlo con él, ella ya tendrá 20 años y habrá pasado "la edad del pavo", vamos digo yo.
Ya sé que esto es un foro de madres de bebés, o de niños pequeños, pero muchas tenemos hijos mayores también, además es el único foro en el que entro.... así que os ha tocado aguantar el rollo, lo siento.
Os quiero.