al salir por las calles sentí el mismo latido despreocupado de las tardes,la mudez inextricable haciendo rebosante el vacío,desguazar las heridas remendadas con el tejido del tiempo.solitarios pasos paulatinos,de algún vecino cargado de años,tocaban el suelo aún caliente de un verano pertinaz que se niega a resignarse ante la venida del otoño,me desperto la mirada pegada hacia abajo,volcando mis preguntas en la de siempre conclusión:peregrinos de corta misión.
empalmaba este pensamiento con una merma sonrisa ,mientras sus pasos forzosos se alejaban,cediendo el eco de su presencia,de mi presencia en la costura de una desconocida dimensión,donde las extremas se juntaron,el pasado y el presente frente a frente en un vínculo imperfecto.
aunque mi cuerpo seguía en movimiento,una parte,se quedo inerte en aquel pequeño espacio.no podría evitar tantos asuntos planteados en un minimo instante,sentir la rabia de tantos porque,la realidad que el hoy,mañana sera historia,la idea cuajada que somos copos tocando tierra y desaparecemos justo en el momento cuando encontramos nuestro destino.conquistamos el universo en nuestro intento desesperado de saber más,buscamos una razón para todo,inventamos el amanecer cuando las tinieblas caen sobre el orbe propio,marcamos nuestras vidas en la dificultad sabiendo que la llave esta en lo sencillo,desechamos concientemente la realidad que andamos descalzos,anscendemos y descendemos inconsolablemente solos.ceniza avivada bajo la opulencia de la imposibilidad.
"quieres decir que somos esclavos al fatalismo?" me pregunto hace días una amiga.
"es la cosa más cierta -le dije- no tenemos el poder sobre la vida y la muerte.además es inadmisible andar por la vida pensando siempre en la condición humana.se trata de encontrar el equilibrio entre lo que realmente somos y lo que realmente podemos conseguir.pero en nuestras manos estan las deciziones.
a veces nos empeñamos lograr el inalcanzable.rechazamos el saber que tenemos limites.frustrados de no poder alcanzar la meta echamos la culpa al tiempo ,al destino,a lo que sea.¿estaremos algún día preparados de asumir la responsabilidad de nuestros actos? la acción está bajo la ley de causa y efecto.
la vida ofrece oportunidades.entonces es el momento de tomar la decisión.a menudo pasa que malgastamos esta ocasión.tenemos miedo.pero,sabes,la verdadera valentia significa tener miedo y aún así seguir adelante.
la clave del equilibro se halla en nuestras resoluciónes.
en fin,es cuestión de humildad y elección."
comenze medítar en todo lo que dije,en la conversación,abrir puerta despues de otra.en lugar de acertar la mejor lógica,me perdi en premisas e ya no supe la salida.me senti incapaz de volver.decidi tan sólo andar.
caminaba con las manos en los bolsillos,la cabeza agachada distraída del alboroto escaso y habitual del pueblo,mientras buscaba aquel lugar inhabitado,soldar con cada paso la piezas de un vetusto puzzle donde únicamente fui un transeúnte apresurado por las ganas de saber el próximo.
mis pasos tartamudos y la necesidad de respirar tranquilidad encomendaban mi ser a la ribera del río,al lugar donde acostumbro ir para inspirar un poco de soledad,escuchar la musica de algún pájaro escondido entre las tejas y un alivio de sombra.
sentada en la tierra tibia,percibía la unión con la naturaleza,purificando los pedazos que han quedado de tanto arrastrar una existencia dominada de incertidumbre.arriba,el sauce sereno meneaba sus ramos rozando con el viento como si fuera besos robados,dulces besos,y en la altura del cielo,el azul manchado ya de nubes plomizos y amenazadores.
el río seguía su rumbo incansable.mirando su flujo deseaba que se lleva esta nostalgia,tantos huecos sin patria ,tantas piedras en mis adentros.
perecedero intento.
aunque me molestaba,sabia que tengo que acceptar los obstaculos inagotables,porque de lo contrario sería como guerrear contra el viento."mientras para otros todo esto significa resignación,para mi es la realidad",pensaba en mi interior.
me acoste sobre la hierba verde.queria nutrirme con el momento,con el canto afónico de los patos que guarnece el río y perderme en la inmensidad indigo pintada de otoño y verano.
cerrando los ojos senti que el verdadero vivir no es durar eternamente,sino empaparte con instantes y que tan sólo unificar tus latidos con la naturaleza,basta para gozar.
recorde la frase de Angel Ganivet:"más vale un minuto de vida franca y sincera que cien años de hipocresía",mientras inquietas gotas de lluvia rociaban mi rostro.
abri los ojos y me di cuenta que abandonada en la simpleza de mi alrededor,no vi la manta amplia de nubes negros.me levante de pie.por las calles habitaba una atmosfera de vaivén,la gente corrían a sus casas,buscando un refugio para salvarse de la inminente tormenta.
las gotas de lluvia cada vez eran más fuertes.una rica agua celestial humedecia mis ropas,mi cabello,bautizando el alma,como un intento de cristianizar la falta de fe.
con los pasos insuficientes,disfrutando de una densa cortina mojada,vagando por los charcos -al principio temía lo que podrían pensar los demas,verme vagabundear bajo la lluvia;pero a cabo de pocos segundos,dejo de importarme;"y si estoy loca,es cosa mía" me decía a mí misma- cuando un sentimiento extraño maquillio mis adentros.
en aquellea tarde supe cual era la elección.
me sentía feliz.simplemente feliz.
