Hola a todas las mamás que, como yo, sueñan con la palabra esperanza. He decidido contar mi experiencia aquí porque, después de casi un año de lucha, me siento desbordada. Mi bebé de 11 meses y medio es una niña maravillosa, espabilada, carismática y muy cariñosa. Cada día doy gracias a Dios por haberme entregado un bebé sano y fuerte. Desde el primer momento en que la vi se me enamoró el alma y, a la vez, entendí que el caminito lindo que me había imaginado no iba a ser tan fácil como me habían contado. Hoy puedo decir que mi felicidad siempre ha estado empañada. Mi hija nunca ha sentido apetito, siempre ha dormido poquísimo y durante estos 11 meses ha llorado inconsolablemente todos y cada uno de los días desde que nació.
Ser madre era para mí lo más bonito que me podía pasar y, tras perder un primer bebé en mi segundo mes de embarazo, por fin lo había logrado, Dios me había concedido el gran milagro y fui feliz. Me entregué a mi bebé por completo, y sigo haciéndolo cada segundo de mi existencia pero todo cuanto puedo hacer no es lo suficiente para ver a mi hija feliz.
Hace tiempo que renuncié a ser "persona" y me he convertido en madre protectora, guardiana, luchadora...Aislada de todo y de todos, me refugié en el mundo de mi hija y lucho cada día para complacerla, darle todos mis cuidados y atenciones, mi amor, tranquilidad, paz...Ya no recuerdo la última vez que salí a la calle sin ella. Mis días se pasan entre paseos dando vueltas por la calle para conseguir que duerma su siesta de 20-30 minutos, pero para ello no puedo parar el carrito ni entrar en ningún sitio para lograr que no se despierte. Cualquier ruido le afecta y es horrible vivir con este miedo de no saber cómo calmar a tu propio bebé...He dejado de quedar con amigos o ir a casa de nadie porque mi hija, además de no comer ni dormir, es muy nerviosa y no puede estar quieta en un sitio más de 5 minutos, llora todo el tiempo y nadie disfruta de esa manera.
Me he pasado días y noches llorando por las esquinitas de la casa, arrodillada en el suelo y pidiendo desesperadamente un rayito de luz pero hasta el momento no he encontrado la paz porque además de sentirme preocupada y triste no puedo dormir, ni por el día ni por la noche. Por el día porque tengo que sacarla a pasear y por la noche se despierta hasta 4 veces en la misma hora y tengo que sacarla de la cuna y pasearla por la cama. Mi marido trabaja y soy yo la que tiene que atenderla aunque él hace todo lo que puede el pobre. La hemos llevado a varios doctores pero todos nos dicen que está sana como un roble y no tiene ningún problema, así que esperamos un día en que la luz llegue a nuestras vidas...Mientras tanto seguiré sacando fuerzas de ese rinconcito oculto...
Un pensamiento positivo para todas...
