Hola a todas. Mi niño nació el día 1 a las 2 de la mañana. No he tenido tiempo de escribir, perdonad el retraso. Lo prometido es deuda y, por si a alguien le sirve, os cuento mi experiencia.
El día 31 de enero me desperté de madrugada con dolores difusos de regla. A las 11 ya eran contracciones moderadas. Tenía monitorización a las 12. Me dijeron que había borrado el cuello del útero y que estaba dilatada 1 cm pero que mis contracciones, a pesar de la intensidad, no eran regulares. La matrona me dijo que podía ponerme de parto en las próximas horas o al día siguiente, pero que desde luego no llegaba al día 4 (fecha programada para inducírmelo).
A partir de ahí, no dejé de tener contracciones, cada vez más fuertes y cada 6 minutos. Comí entre contracciones. Por la tarde, hacia las 17:30 ya dolían mucho y fui consciente de que iba a necesitar la epidural (¡qué dolor!). Me pasé la tarde resoplando, poniéndome en todas las posturas imaginables y cada vez eran más seguidas, cada 5 o cada 4 minutos, pero no nos fuimos al hospital hasta las 21:30, cuando realmente estaba fatal de dolor (me costó un montón vestirme, ya eran cada 3 minutos y duraban 45 segundos). No sé por qué, pero sabía que no había dilatado lo suficiente y tenía miedo de que me mandaran a casa. Si no hubiese sido por mi marido, creo que me hubiese echado a llorar del dolor. Me ayudó muchísimo, a tranquilizarme y aguantar respirando.
Llegamos al hospital a las 22 (en el coche me agarraba a la correa de la ventanilla en las contracciones). Me reconocieron y había dilatado 4 cm. Me atendió la misma matrona de la mañana, un verdadero ángel, que me cuidó como si yo fuera su hermana.
La anestesista llegó a las 23 y ya estaba de 7 cm y creía que me iba a desmayar del dolor. Aguanté quieta que me la pusieran (el pinchazo, etc, no duele nada), pensando que eran los últimos dolores. Y fue una gozada. ¡Qué maravilla!
Me pusieron muy poca anestesia, sentía perfectamente las piernas y la vagina, me explicaron que sólo me habían dormido la parte superior del útero, para que en el expulsivo notara todo y pudiera empujar. La anestesista me dijo que si tenían que hacerme episiotomía, puntos, etc, me pondrían anestesia local (aunque luego no fue así, pero me dio igual, la verdad).
La matrona me rompió la bolsa (no duele nada tampoco) y desbordé la palangana con un líquido transparente (tuvieron que cambiarme las sábanas) y me animó a empujar en las contracciones, suavemente. Las sentía lejanas, llegaban a 180 en el monitor, no sé qué hubiera sido de mí sin la epi. Y así hasta 10 cm.
A la 1:50 del día 1 entré en el paritorio. Efectivamente, sentí todo, pero el dolor no tiene nada que ver con el de las contracciones, sólo quieres empujar.
Mi marido estuvo en primera línea, no se perdió nada y me animó continuamente. A pesar de que todo parecía ir bien, parece que no empujaba lo suficiente y la ginecóloga le dijo a su ayudante: " A ver, pásame la ventosa". Y yo: "Espera, espera, ¿puedo intentarlo una vez más?" Me dijo que sí, que no pasaba nada, pero que no quería esperar más por si al niño le bajaban las pulsaciones. Pegué tal empujón, que casi me volví del revés. La ginecóloga me dijo que frenara y me preguntó si prefería una pequeña episiotomía o desgarrarme. Le dije que hiciera lo que creyera conveniente y me hizo un corte (según mi marido unos dos cm) y con un nuevo empujón, mi bebé estaba fuera.
Así, a las 2:05 Bruno estaba sobre mi pecho. Y me volví a enamorar.
Es una verdadera preciosidad y muy bueno. Sólo hace algún puchero cuando está incómodo o le cambiamos el pañal.
Los días pasan volando y esto de aprender a ser mamá es muy duro (estoy agotada y tengo los pezones regular) pero el subidón es tan brutal, que todo te parece maravilloso.
Bueno, no sé si queda todavía alguna mamá de enero por aquí. Nos vemos en el nuevo foro.
Un beso muy grande.
Jazzsinger y Bruno, 13 días con sus papis.