Son las 02:25 am.
Estaba convencida de que habías dejado de dolerme pero esta madrugada te recuerdo una vez más, tengo a tu hermano de 14 meses durmiendo a mi lado en estos momentos y sigo convencida de que fue la mejor decisión al verlo a el, tan pequeño y demandante. Pero ¡Cómo me duele recordarte! Sigo odiando esa tarde en la cual la ecografa me brindó la opción de no mostrarme esa pantalla... Pero yo quise verte igual, porque eras mi hijo y quería verte aún sabiendo que no iba a traerte al mundo. Tenías 10 semanas y al verte comprendí que ya no tenías el aspecto de "una bolsa de células". Te ame en ese momento, claro que te ame, me quise aferrar a Dios, el mismo Dios en el que siempre me costó creer, y una vez mas confirme que no me sentía capaz, una vez más me sentí dueña de mi cuerpo y dueña de decidir sobre el ¡Pero que tarde vine a darme cuenta que decidí sobre tu vida! Miraba a tu hermano y volvía ese temor de no poder brindarle todo lo que se merecía, al fin y al cabo el ya estaba acá conmigo y lo senti mi prioridad. Fui egoísta, no pensé en tu derecho, no te respete al momento de volver a la consulta para hacerle saber al médico que seguía en la misma postura, aún después de verte... No iba a tenerte. Cuando llegó el día, ¿Para que te voy a mentir? Tenía esas pastillas en mis manos y te lloré sin consuelo alguno, te pedí perdón de todas las formas posibles, miraba esas pastillas en mi mano y nuevamente, me sentí en mi derecho de arrepentirme, a último momento arrepentirme y en ese preciso momento recordé que tú padre venía en camino, en camino a acompañarme en ese proceso llamado aborto y también recordé que no me acompaño a las consultas, que no me preguntó cómo me sentía, ni que quería, y que sólo estaba encaprichado en recordarme una y otra vez que con tu hermano aún era pequeño, que el dinero no iba a alcanzar, que yo era joven, que era una locura, y que como mierda me volví a embarazar! ¡Tan pronto desde el primer parto! Como si te hubiese concebido sola, ja ¡que ironía! Y que sola me senti. Hoy a casi un año después de tomar la decisión de no dejarte vivir, no sé si estoy arrepentida... Porque ¿Sabes? Terminé separada de tu papá, que hoy en día ni siquiera mira por tu hermano, terminé sola con mi consciencia, consciencia que podría ser un poco más leve si quizás estuviésemos los tres juntos, pero ¿Sabes? No quiero imaginarlo, porque sigo sintiéndome incapaz a casi un año de haberte interrumpido. Aún así te extraño, extraño tu existencia y extraño el poder pensar que no te ibas a ir de mi, hoy te vuelvo a pedir perdón, no estaba convencida de haberte olvidado pero si de haberte superado... Y esta noche confirmo una vez más que seguís en mi memoria, que asi busque o recuerde los mil motivos para nuevamente justificarme por cometer semejante aberración, sigo siendo esa cobarde que decidió por nada más ni nada menos que tu vida.
Y vos, si lees esto, déjame tomarme la atribución de decirte que decidís vos, claro que decidís vos ... Y lejos de juzgarte te recuerdo que más allá del privilegio de elegir que tenés, ya no sos vos sola.
