La práctica de esta técnica oriental durante el embarazo
te da más flexibilidad corporal y te hace sentir más tranquila y confiada.
El proceso de gestación va más allá de la formación de los órganos y los tejidos del bebé: es una hermosa etapa en la cual tienes la oportunidad de formar el ser mental y emocional de tu pequeño.
Durante esos nueve meses la preparación física y psicológica se constituye en una herramienta clave para aliviar los malestares propios de la gestación, tener un embarazo más sano, conectarte profundamente con el bebé y llegar al parto con un mayor dominio corporal.
La disciplina y el entrenamiento son importantes para facilitar el proceso de armonización intrauterina y así lograr el control de los huesos, los músculos y la respiración, vitales para crear más resistencia al dolor durante la dilatación y las contracciones.
Con el yoga obtienes mayor flexibilidad para acomodarte al nuevo eje de tu cuerpo. Las mujeres embarazadas que practican esta disciplina adquieren confianza y tranquilidad, oxigenan partes como la pelvis, el útero y la vagina, y en el momento del parto controlan su respiración y dilatan fácilmente.
La relajación es necesaria para el momento del parto; puedes conseguirla si practicas técnicas de yoga. Esta disciplina oriental flexibiliza tus articulaciones, alarga tus músculos e incrementa tu oxigenación. Esto le permite al bebé mejorar sus movimientos (porque le da más espacio) y a ti, disminuir las molestias y favorecer tu estética.
El yoga significa unión entre el ser individual y el ser cósmico, entre el cuerpo y la mente, y de alguna manera es un estado de apertura hacia la vida... El yoga es el sostén para que esos nueve meses sean de equilibrio, armonía, autoconocimiento y autoobservación, de modo que la mamá logre una gestación consciente, señala Xiomara Xibille, profesora de yoga prenatal y postnatal, quien hace 5 años se inició en esta disciplina para embarazadas.
Respiración y relajación
Se trata, según ella, de una medicina preventiva que trabaja las partes física, emocional, mental y espiritual de la gestante. Su práctica estimula los sistemas endocrino, metabólico y circulatorio.
Además, gran parte de las posturas facilitan la digestión, la cual se vuelve lenta durante el embarazo por el peso que el feto ejerce sobre el intestino y el colon. En el caso de los procesos circulatorios, ayuda a evitar edemas, várices y calambres.
El pranayama, arte de manejar el prana (energía), estimula los pulmones y produce más capacidad de oxígeno, de modo que la embarazada puede respirar mejor.
El shavasana, postura de relajación profunda, permite equilibrar la mente: una mamá equilibrada mentalmente incide de manera positiva en la parte emocional del bebé, ya que puede estar inmerso en un líquido amniótico sin tanta adrenalina, afirma Xiomy.
Si has estado estresada y entras en relajación total durante 15 o 20 minutos, logras descansar como si hubieras dormido durante ocho horas. Para Xiomara, la persona que guía la preparación de las embarazadas debe conocer muy bien la anatomía del cuerpo, así como las variaciones que se pueden hacer de las posturas del hatha (yoga tradicional); en el embarazo se practican cerca de 40 de ellas. Una clase de yoga prenatal incluye: posturas, pranayama (respiración), relajación e introducción a la meditación.
Las mamás que asisten a clases de yoga tienen procesos más conscientes y partos más tranquilos y traen al mundo seres más elevados espiritualmente. Además, cuandoalcanzas procesos de relajación y meditación profundos y logras conectarte con tu bebé, experimentas el parto con mayor tranquilidad y le das una cálida bienvenida al pequeño. Él, a su vez, tendrá un paso menos traumático por el canal vaginal y se relacionará mejor con el mundo exterior; además, habrá mayor conexión entre ambos durante el proceso de lactancia.
Algunas posturas
El yoga puedes practicarlo desde el momento en que conoces tu nuevo estado, para así darle más flexibilidad al cuerpo. Excepto si existe sangrado o alguna otra contraindicación médica, esta disciplina puede practicarse sin problema.
Las posturas para estirar y relajar la columna, descansar y meditar son las más adecuadas para empezar la práctica del yoga. Uno de los ejercicios que no se realiza es el de trabajar la parte glandular; tampoco debes adoptar las posturas invertidas y aquellas que ejercen presión sobre el área del vientre.
Escribo sobre yoga en WideMat
