Soy una asegurada de la compañía de Seguros Adeslas de Almería. Lo que está haciendo esta delegación con nosotros y con sus profesionales, es típico de una dictadura cacique. Estoy embarazada, y me han quitado a mi ginecólogo del libro del 2008 con una absurda pegatina, en otra edición de una amiga mía, que va al mismo ginecólogo, ya no hay pegatina encima de su nombre, sino que ha desaparecido del todo. Llamé a mi ginecólogo y me comentó que a él no le habían dicho nada, ni verbal, ni por escrito, pero le sorprendió mucho lo que le conté. Fui a la Delegación y me incitaron a un cambio de ginecólogo, les respondí que no quería cambiar, y cuando me vieron enfadada, me entregaron otro libro de este año, donde sí venía el nombre de mi ginecólogo. Pedí hablar con alguien responsable, y tras muchas quejas me recibió un señor, que me pidió que le pusiera por escrito, lo que le me había dicho mi ginecólogo, y me contaría lo que estaba ocurriendo entre la compañía, y este profesional medico. Me hice la remolona, y tuve que escuchar la desfachatez, de que se reunieron en septiembre del año pasado, la dirección de Adeslas Almería, y decidieron, como los capos de la mafia, echar a este ginecólogo de la compañía, como castigo por no coger todo lo que ellos le mandaban. En este país, este tipo de acciones sin que las conozca el actante perjudicado, se denomina despido improcedente. Pero prosigamos. Este ginecólogo al que voy trabaja mañana y tarde, le quita todos los problemas a la compañía, y ya no le queda más que trabajar por la noche. Y si no que nos pregunten, a la enorme fila de embarazadas, que esperamos a la puerta de su consulta. Este ginecólogo, fue el único que me cogió, de todo el cuadro medico de Adeslas, cuando me quedé embarazada. El resto de los ginecólogos me daban para mucho tiempo, un mínimo de tres meses, y otros me decían que me veían por privado. Este no es sólo mi caso, sino que si preguntan a todas las pacientes de este ginecólogo, todas les van a responder lo mismo. Con lo cual, creo que la respuesta que me dio el señor de Adeslas, tendría que demostrarla, y no levantar falsos testimonios sobre un profesional de su compañía. Ante tanto ataque a mi intelecto, decidí llamar a Madrid para exponer mi problema. La señorita de atención al cliente, me escucho paciente, y cuando termine me dijo que me llamaría para darme una respuesta a mi queja, le pregunté que si quería saber mi nombre y el de mi ginecólogo, y me respondió que si quería que se lo diera. Me pueden explicar ustedes, ¿cómo se responde una queja si no se conoce el nombre de la persona que la cursa, ni el nombre del profesional afectado?
Pero ahí, no queda todo, sino que me entero por una amiga, que también han echado de la misma manera a una gran pediatra de la misma compañía de seguros, porque "las palabras se las lleva el viento". Estos dos profesionales y muchos más, los está dejando Adeslas de lado, y jugando con ellos con las peores artes que se pueden manejar. Estoy muy descontenta como asegurada, y me gustaría preguntarles ¿Por qué hacen ustedes grandes campañas en el campamento, regalando productos de alta calidad para conseguir asegurados? ¿Por qué se anuncian en el periódico mostrando sus grandezas y sus grandes ofertas? ¿Saben que esto es publicidad engañosa y que está penado por el derecho español? MÁS VALE QUE SE GASTARAN MENOS DINERO EN CAMPAÑAS PUBLICITARIAS, Y NOS DIERAN A LOS QUE PAGAMOS UN SERVICIO DE MAYOR CALIDAD. PORQUE CON LA SALUD NO SE JUEGA, Y ESTO NO ES UN CAPRICHO.