A los 23 años me quedé embarazada, sólo necesitaba que alguien me dijese: piensa en lo bonito que será tener tu bebé, verlo crecer, hacerse un hombre, lo orgullosa que estarás como madre. En cambio fui a un centro de orientación familiar y lo que hicieron fueron darme direcciones de clínicas dónde abortar y hasta ofrecerme financiación. Aborté, y no he parado de llorar desde entonces. Veo por todos lados lados madres valientes con sus hijos, y yo qué? a mis 44 años sin hijos, con dos nonatos en el cielo y desgraciada, no se puede recuperar, ellos no volverán. Yo no volví a ser feliz, me convertí en una mujer avergonzada de mi propia debilidad y traición, solitaria, quejumbrosa. No quiero que a nadie más le vuelva a ocurrir esto. Yo le tenía miedo a mis padres y al que dirán, y mira, ellos tienen su familia sin importarles lo que opinara yo y yo he perdido, pienso en ese niño descuartizado por una aspiradora, no se si desde el cielo me perdonará pero yo aún no he podido perdonarme a mí misma, sólo sé que no sabría lo que hacía, no pensaba en un niño, pensaba en un problema, y un niño, me doy cuenta porque tengo sobrinos, nunca es un problema, es siempre una bendición y en verdad es alucinante verlos crecer. Si se pudiera volver volvería, y los tendría, y sé que mi familia, pasado el susto inicial los querrían y estarían orgullosos conmigo de darles la vida, no de matarlos. Ten a tu niño, no pienses nada en contra porque todo va a ser a favor, todo el mundo querrá ayudarte, esta es tu oportunidad para ser mamá, una mamá seguro que activa, amorosa, y sobre todo muy orgullosa.