ojala les guste. Lo encontre en internet.
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¡NO TE METAS EN MI VIDA!
Respuesta:
¡¡HIJO, UN MOMENTO, NO SOY YO EL QUE ME METO EN TU VIDA, TÚ TE HAS METIDO A LA MÍA!!
Hace muchos años, gracias a Dios, y por el amor que tu madre y yo nos tenemos, llegaste a nuestras vidas, ocupaste todo nuestro tiempo.
Aún antes de nacer, mamá se sentía mal, no podía comer, todo lo que comía lo devolvía, y tenía que guardar reposo. Yo tuve que repartirme las tareas de mi trabajo y las de casa para ayudarla. Los últimos meses, antes de que llegaras a casa, mamá no dormía y no me dejaba dormir. Los gastos aumentaron increíblemente, tanto que gran parte lo gastábamos en ti. En un buen médico que atendiera a mamá y la ayudara a llevar un embarazo saludable, en medicamentos, en la maternidad... en comprarte todo un guardarropa. Mamá no veía algo de bebé que no lo quisiera para ti, una cuna, un moisés, todo lo que se pudiera, con tal de que tú estuvieras y tuvieras lo mejor posible.
¿Cómo que NO TE METAS EN MI VIDA?
Llegó el día en que naciste: había que comprar algún obsequio para entregar como recuerdo a los que te vinieran a conocer. Dijo mamá, hay que adaptar una habitación para el bebé.
Desde la primera noche no dormimos. Cada tres horas, como si fueras una alarma de reloj, nos despertabas para que te diéramos de comer. Otras te sentías mal y llorabas y llorabas, sin que nosotros supiéramos que hacer, pues no sabíamos qué te sucedía. A veces hasta llorábamos contigo.
¿Cómo que NO TE METAS EN MI VIDA?
Empezaste a caminar. No sé cuando he tenido que estar más detrás de ti, si cuando empezaste a caminar o cuando creíste que ya sabías.
Ya no podía sentarme tranquilo a leer el periódico o a ver el partido de mi equipo favorito, porque cuando menos lo esperaba, te perdías de mi vista y tenía que salir tras de ti para evitar que te hicieras daño.
¿Cómo que NO TE METAS EN MI VIDA?
Todavía recuerdo el primer día de clase, cuando tuve que llamar al trabajo y decir que no podría ir pues tú, en la puerta, no querías soltarme y entrar. Llorabas y me pedías que no me fuera, tuve, que entrar contigo para pedir que me dejaran estar a tu lado un rato. Así, en el pasillo, para que pudieras verme desde las ventanas y fueras cogiendo confianza.
A las pocas semanas no sólo ya no me pedías que no me fuera, si no que hasta te olvidabas de despedirte cuando bajabas del coche corriendo para encontrarte con tus amiguitos.
¿Cómo que NO TE METAS EN MI VIDA?
Seguiste creciendo, ya no querías que te lleváramos a tus reuniones de amigos. Nos pedías que te dejáramos una calle antes y te recogiéramos en la siguiente esquina porque ya eras "mayor". No querías llegar temprano a casa, te molestabas si te exigíamos que cumplieras unas normas, no podíamos hacer comentarios acerca de tus amigos, sin que te volvieras contra nosotros, como si a ellos los conocieras de toda la vida y nosotros fuéramos unos perfectos desconocidos o enemigos para ti.
¿Cómo que NO TE METAS EN MI VIDA?
Cada vez sé menos de ti por ti mismo, sé mas por lo que oigo de los demás, Ya casi no quieres hablar conmigo, dices que lo único que hago es regañarte y todo lo que hago está mal, o es razón para que te burles de mi. Pregunto: Con tantos defectos, ¿cómo te he podido dar lo que hasta ahora tienes?
Tu madre se pasa la noche en vela y no me deja dormir a mí diciéndome que aún no has llegado y que es madrugada, que tu teléfono está desconectado, que ya son las 3:00 y no llegas. Hasta que por fin podemos dormir cuando acabas de llegar.
¿Cómo que NO TE METAS EN MI VIDA?
Ya casi no hablamos, no me cuentas tus cosas, te aburre hablar con viejos que no entienden el mundo de hoy. Ahora sólo me buscas cuando hay que pagar algo o necesitas dinero para la universidad, o salir; o peor aún, te busco yo, cuando tengo que llamarte la atención.
¿Cómo que NO TE METAS EN MI VIDA?
Pero estoy seguro que ante tus palabras "NO TE METAS EN MI VIDA", podemos responder juntos. YO NO ME METO EN TU VIDA, TÚ TE HAS METIDO EN LA MÍA, Y TE ASEGURO, QUE DESDE EL PRIMER DÍA, HASTA EL DÍA DE HOY, NO ME ARREPIENTO DE QUE TE HAYAS METIDO EN ELLA Y LA HAYAS CAMBIADO ¡PARA SIEMPRE!
Mientras esté vivo, me seguiré metiendo en tu vida, así como tú te metiste en la mía. Estaré metiéndome para ayudarte, para formarte, para amarte y para hacer de ti una persona de bien.
SÓLO LOS PADRES QUE SABEN METERSE EN LA VIDA DE SUS HIJOS, LOGRAN HACER DE ÉSTOS, HOMBRES Y MUJERES QUE TRIUNFEN EN LA VIDA Y SEAN CAPACES DE AMAR.
A todos los padres: Muchas gracias por meteros en la vida de vuestros hijoso mejor, por dejar que vuestros hijos se metan en vuestras vidas.
A los hijos: Valorad a vuestros padres que no son perfectos, pero os quieren y lo único que desean es que seáis capaces de salir adelante en la vida y haceros personas de bien.
La vida da muchas vueltas, y cuanto menos lo esperes, alguien te dirá¡NO TE METAS EN MI VIDA!
La paternidad no es un capricho o un accidente, es un don de Dios que nace del amor mutuo.