Yo tuve el parto en la Teknon en las navidades del 2016. Mi ginecólogo y obstetra, para mí el mejor, su equipo fantástico, los enfermeros geniales. Pero no repetiría en la vida por lo mal que nos lo hicieron pasar el equipo de nursys. Comentarios fuera de lugar y malos modos desde el segundo día, como por ejemplo, vino una chica joven rubia y me increpa: "¡¿Qué hace esta niña llevando gorrito?!" ... Y yo: "Para que no se le escape el calor corporal por la cabeza". Y me suelta de malos modos: "Eso sólo es el primer día!!! Quítaselo ahora mismo!". Esta chica cada vez que entraba fatal. Encima, en una de las veces que cambiamos a la peque se hizo pipi antes de que tuviera un pañal puesto y mojó la "cuna", avisamos varias veces a lo largo del día, pues no vinieron a cambiarle la cuna hasta última hora de la tarde, así que la niña estuvo todo el día o durmiendo conmigo (muy incómodo para ambas) o en brazos de alguien.
Otro día vinieron dos nursys para comprobar el estado de salud de la niña, justo le estaban haciendo las fotos de la fotógrafa en la habitación. Comentario de la nursy a mí: "pero cómo se te ocurre vestirla de azul!!! es que no tenías otra ropa!! Todo el mundo creerá que es un niño cuando vean las fotos!". Este comentario que ahora no me molesta porque pienso que la persona que lo dijo no tenía muchas luces, en aquel momento me hizo creer que era la madre más horrible del mundo por haber vestido a mi hija de celeste para sus primeras fotos. Por cierto, estaba preciosa, el conjunto le quedaba divino y adorable, y para nada nadie me ha dicho que parezca un niño por vestir la de azul cielo.
Estas mismas dos nursys vinieron después de las fotos para comprobar la salud de la niña, le metieron los dedos en la boca y me increparon: "Esta niña pasa hambre! Tiene lengua de gato! Rasposa porque no le estás dando suficiente leche!" . Y yo con los sentimientos a flor de piel, sintiéndome que no servía ni para alimentar a mi hija, que la leche no me subía lo suficiente, que a pesar de tener a la niña todo el día y noche en la teta durante dos días mi hija pasaba hambre. Pues imagínate, que tuvo que venir la comadrona (Trini, fue genial) para hacer de psicóloga conmigo, porque yo estaba hundida porque no me subía la leche y me sentía fatal, a parte del dolor corporal de la cesárea.
Pues tuvimos que pedir biberones a las nursys, y eso fue otro infierno. Cada vez que le tocaba comer a la niña era un trauma, tardaban una eternidad (de tres cuartos de hora hasta en una ocasión casi dos horas tras llamar más de 5 veces y nos decían que sí por teléfono, que en breve lo traería, pero al final tuvo que ir mi marido a buscarla..y estaban de cháchara todas en el pasillo). A parte, éramos pocos padres. Y cada dos por tres nos preguntaban con desdén si nos íbamos a quedar ahí las fiestas, mi doctor me aconseó que nos quedáramos un día más por si había alguna infección y si nos íbamos que estuviera alerta, nosotros no podíamos más. Ni por nosotros, ni por la niña que cada toma lo pasaba mal esperando el biberón, consiguieron lo que querían, que nos fuéramos para Nochebuena. Nos dieron el librito azul (cartilla de sanidad de la niña) y cuando lo miro en casa habían escrito mal el nombre de mi hija.
¡Cómo para volver!
