Mamá, aunque tu no querias que naciese, no puedo dejar de decir MAMÁ. Te escribo desde que empecé a vivir en tu vientre. Yo deseaba nacer para conocerte, pensaba que un día llegaría a ser un niño alegre. Soñaba en ir a la escuela y ser un hombre importante. Yo creía que cuando se cumplian los 9 meses de estar junto a tú corazón y naciera, todos se iban a alegrar en la casa con mi nacimiento, pero tú, no pensabas igual que yo ¿verdad mamá?.
Un día cuando estaba tan contento juntoa tú corazón, oí una voz de un hombre que te hablaba; sentí tu nerviosismo y también mi corazón que se aceleraba, para que después se fuera parando poco a poco. Sentí que me asfixiaba, sentí algo tan extraño, que no se explicarlo, realmente algo que me hizo templar
Sentí que me quitaban la vida; yo quise defenderme mamá, pero no tuve fuerzas ni para quejarme; la muerte criminal me sorprendió cuando yo jugaba contento en tú vientre.
Pensaba nacer par quererte. ¿Quién podría atreverse a entrar dentro de ti hasta donde yo estaba para matarme? ¿Quien fue mamá? ¿Donde Estabas? ¿Por qué no me defendistes? No podía pensar que pudiera estorbarte
Ahora mamá, ya lo se todo; y te pregunto: ¿Como puedo ser esto? ¿Pensabas acaso comprar un lavaplatos con el dinero que yo te ocasionaba, o te avergonzabas porque yo no era hijo de tú esposo? ¿¿¿Cómo pudistes matarme??? ¿Alguien te aconsejó y tú estudiastes sus consejos antes que a tu corazón?
Yo tenía tantas ilusiones y tú me las quitastes todas. Yo pude haber sido ingeniero, poeta, pude ser un sacerdote, un buen hijo, o un buen padre. ¿¡Pero tu me quitastes todas las iluciones!!
Mamá, me despido de ti con cariño, pidiendote que te arrepientas de todo lo que hicistes conmigo.
Tu hijo que nunca nació