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(la dirección tiene que ser entera de cabo a rabo jiji)
La concepción es cosa de dos
miércoles, 03 de diciembre de 2008
Según datos recientes de la Sociedad Española de Fertilidad, entre un 15 y un 18% de las parejas españolas presentan problemas de fertilidad. Analizando las diferentes causas que pueden influir en el fracaso concepcional, en un 37 % de los casos se atribuye al factor masculino, relacionado básicamente con la calidad espermática (recuento, motilidad, presencia de formas anormales, etc). Las causas femeninas estarían representadas por un 23 %, destacando la disminución de la reserva ovárica, endometriosis, ovario poliquístico y obstrucción tubárica como factores predominantes. Por último, un 20 % sería atribuido a causas mixtas y el resto a causas no diagnosticadas.
Comparando estos resultados con estadísticas anteriores, el factor que se ha posicionado como la causa principal de no lograr el embarazo y que además, evoluciona negativamente, es la calidad espermática. Se calcula que afecta a siete de cada diez parejas que acuden a un centro de reproducción asistida.
Según datos recogidos en distintos estudios clínicos, se viene observando una pérdida progresiva de la concentración de espermatozoides en el semen, que se calcula en un descenso anual de 1.5 millones por mililitro lo que representa un 1.5 por ciento menos por año.
Entre las causas principales excluyendo enfermedades - que han contribuido a este descenso se incluyen factores ligados a la sociedad industrializada, como son los contaminantes medioambientales (pesticidas, carburantes, lluvia ácida, contaminantes con efectos estrogénicos, etc); exposición laboral (solventes orgánicos, barnices, derivados del petróleo, etc); presencia de contaminantes en alimentos (pesticidas, metales pesados, etc); dietas inadecuadas (pobres en frutas y verduras con antioxidantes, bajo consumo de ácidos grasos Omega 3); consumo de tabaco, alcohol, drogas, esteroides anabolizantes y, finalmente, se puede citar el estrés y el uso de ropa ajustada como factores accesorios.
Aunque en menor medida, las células reproductoras femeninas también son sensibles a los efectos ambientales, factores nutricionales y hábitos nocivos de vida.
Así pues, tanto en el varón como en la mujer, una de las primeras medidas para corregir el impacto de estos factores negativos sobre la fertilidad es limitar la exposición a los mismos. Además de reducir en la medida de lo posible el consumo de tabaco y alcohol, es igualmente importante la modificación de los hábitos dietéticos.
Independientemente de los tratamientos farmacológicos de la infertilidad, últimamente se han revisado en profundidad las funciones de ciertos nutrientes en la fisiología de la reproducción. Aunque ya eran conocidos los efectos positivos de las vitaminas y antioxidantes en las células reproductoras, recientemente se ha puesto de manifiesto el papel del DHA (ácido Docosahexaenoico) como integrante esencial de la membrana espermática y ovocitaria.
El DHA es un ácido graso perteneciente a la familia Omega 3 que, al igual que las vitaminas y minerales, no puede ser sintetizado por el organismo y por ello tiene la categoría de esencial, ya que sólo puede obtenerse a través de la dieta. La principal fuente alimentaria de DHA es el pescado azul. En la actualidad su consumo ha ido descendiendo, dado que las dietas occidentales cada vez incluyen en menor cantidad este tipo de alimentos. Se calcula que un 65 % de la población ingiere cantidades insuficientes de pescado azul y por consiguiente de DHA.
En nuestro organismo el DHA se concentra principalmente en órganos vitales como el cerebro, la retina y el esperma. En los últimos años han aparecido estudios en los que demuestra que el enriquecimiento dietético en DHA mejora la calidad de las células reproductoras, tanto a nivel de la motilidad y funcionalidad espermática como a nivel de mejorar su resistencia a la congelación. En la mujer, el aporte de DHA se ha asociado con una mejora del índice de ovulación y también de la implantación del óvulo fecundado. En resumen, el DHA sería un elemento nutricional relevante para la concepción.
Las últimas recomendaciones, elaboradas por diferentes sociedades médicas y científicas en el ámbito nutricional, establecen una ingesta mínima de 200 mg de DHA (ácido Docosahexaenoico) al día. Esto representaría un consumo de dos raciones de 100-150 gr netos de pescado azul por semana. Dado que estas cantidades son difíciles de alcanzar en la dieta media occidental, tal como nos indican los datos estadísticos, es recomendable la suplementación dietética con complementos ricos en DHA especialmente en aquellas parejas en busca de un embarazo.
Yo ya había oído hablar de esto.
Ahora lo tengo claro. No perdemos nada.
Está claro que la onagra no ayuda. En cuestión de regulación de la regla puede, pero en fertilidad no me creo ná.
Probaré el DHA-Femme, que es el que más he oído hablar bien. Por calidad y precio.