Mañana empieza el mes de Diciembre, mes de tristeza y de alegría a la vez, mes en que los niños están soñando día a día lo que le van a pedir a los reyes magos, mes en que si llegan esos positivos nos sentiremos las mujeres más felices del mundo, pero también mes que si ese positivo no llega nos sentiremos la mujer más desafortunada y desdichada del planeta.
Por todo esto, y sabiendo como nos sentimos todas en estas fechas, he pensado que podríamos lanzar una carta al vuelo, una carta mágica enviada a un buzón imaginario, dónde pidamos lo que realmente deseamos, una carta llena de amor y de ternura y sobre todo una carta llena de sentimientos expresados en letras. La podemos dirigir a ese angelito que está esperando esta carta para decidirse a venir aquí con sus papas, o la podemos dirigir a esos Reyes que para eso son mágicos, o a Papá Noel o a la Patrona de los imposibles, Sta. Rita. Vosotras mismas, dirigirla a quien creáis con el alma que tiene que recibirla.
Ahí va la mía:
Querida Sta. Rita, Patrona de los Imposibles:
Me dirijo a ti porque sé mi mayor deseo es prácticamente imposible, pero como dicen aquí en la tierra no hay nada imposible si se desea con todo el alma y el corazón, y lo que yo deseo lo deseo así, desde lo más profundo de mi ser. Me dirijo a ti porque he leído que tu madre era una mujer que no podía tener hijos, que era imposible que los tuviera, pero en contra de todo naciste Tú, Patrona de los imposibles. Yo tampoco lo tengo muy fácil para tener a mi angelito entre mis brazos, entre otras cosas, me falta un ovario y voy a cumplir 41 años. Sé, sé que no es fácil pero casos más difíciles se han visto. Por eso te pido, te ruego, te suplico, Patrona de los Imposibles, que mi deseo se haga realidad, se cumpla y puedas hacer llegar esta carta a mi angelito que sé que está esperando a recibirla para adentrarse en mi vientre y cobijarse en él durante nueves meses, por favor haz que le llegue porque él quiere saber de mi. No puedo prometerle una vida llena de lujos, porque quizás le mentiría, no puedo prometerle una vida llena de alegrías porque muy a mi pesar sé que no es así, no puedo prometerle un camino de rosas porque encontrará espinas, pero sí puedo prometerle y le prometo un amor incondicional de por vida, le prometo disfrutar día a día de nuestro presente, le prometo darle un halo de esperanza cuando desespere, le prometo limpiar sus lágrimas cuando se lamente y curar sus heridas cuando le hagan daño, le prometo alimentarle en cuerpo y alma cada vez que tenga hambre, le prometo paz, seguridad y estabilidad para que no pueda flaquear y una mano tendida siempre para que pueda levantarse si se cae.
Quizás no seré la mejor madre del mundo, pero sí será el bebé más amado, deseado y querido que jamás podría llegar a imaginar.
Por todo esto y mucho más, por favor Patrona de los Imposibles hazle llegar esta carta cuanto antes porque sé que así que le llegue, aunque imposible suene, vendrá con su mamá y su papá.
Gracias de todo corazón.