Santa maría del pilar, colegio infame con castigos físicos
El dolor más grande de mi vida fue llevar allí a mi hijo. Y sólo con pasar por el infantil le destrozo su vida su alegría y sus ganas de aprender. Y lo mismo paso con los niños que allí había.
Con el paso de los años los niños empezaron a hablar. La profesora de 3 infantil C.T. los pegaba a todas horas, les pateaba las sillas para que se cayeran y los levantaba del pelo, les tiraba por las escaleras del patio, y el colegio lo sabía porque la colocaron en una clase con doble puerta muy discreta para que no se oyeran sus critoS. Por eso les ponía de los nervios que llegarás tarde, por la posibilidad de pescarla in fraganti. Dejar a los niños por la mañana era una odisea, muchos lloraban y se aferraban a la valla, de donde ella les arrancaba violentamente.
Si el niños se retrasaba en sus tareas te lo mandaban al psicólogo. En esto tenían el otro pilar del colegio. Ambos psicólogos eran los sicarios del colegio que bajo una apariencia de os vamos a ayudar con vuestro niño lo que hacían era formarse un dossier con todo tipo de pruebas que obviamente utilizaban en tu contra para decirte que podían con tres años predecir el fracaso eScolR de tu hijo en este colegio.
Con 3 años llegue a recoger a mi hijo antes de la hora y se pusieron muy nerviosos porque lo había encerrado a oscuras en la caseta de las jaulas donde guardan los materiales de gimnAsia. No se el tiempo que paso allí pero debió de ser terrorífico para un niño de tres años.
Cuando los niños se hicieron mayores, 6-7 años, los padres que habíamos salido ya del colegio y que todavía estábamos recogiendo los pedacitos de nuestro hijo nos pusimos de acuerdo para denunciar penalmente a todas esas profesoras que maltrataron a los niños. Buscamos apoyo de otros padres y lamentablemente no lo encontramos. Allí impera la ley del silencio y todos los padres tienen miedo de hablar, les aterroriza que a sus hijos les ocurra lo mismo que vieron o supieron por sus niños que les ocurrió a los nuestros.
En su momento algo supimos y se lo dijimos al entonces director de infantil y hoy flamante director del Amoros, y nos dijo que "esto son lentejas"
Al final ellos siempre ganan, sólo hay testigos mudos y víctimas acalladas que hablan en su madurez en las salas de terapia.
Por favor, no llevéis allí a vuestros niños o no os lo perdonaréis jamás.