Hola a todas, me permito entrar en el foro para explicaros el final (feliz) de mi historia, que comenzó hace cuatro años, cuando con mi marido decidimos ampliar la família y nos dijeron que teníamos que ir directamente a fiv, porque mis trompas estaban obstruídas.
En tres años pasamos por cuatro ciclos, siempre com embriones bastante buenos, y en total siete u ocho transferencias, no recuerdo bien. La cosa siempre empezaba bien, buena estimulación, buenos embris, pero siempre acababa mal, o negativos, o abortos bioquímicos, o descongelaciones fallidas de embriones que nadie sabía emplicar, incluso un ectópico que casi me mata. Todo lo que podia salir mal, pués nos salía mal.
Total, que después de dos años ya decidimos iniciar en paralelo el tema de la adopción. Eso me dió fuerzas para los últimos tratamientos, sabía que de una manera u otra tendria un criatura (hay que decir que ya tengo un hijo bio de diez años). Afortunadamente, toda la mala suerte que tubimos en los tratamientos se transformó en buena. Todo el proceso, aunque bastante lento, fué saliendo según lo previsto. Todo lo que podía salir bien, salía bien...
Y en diciembre pasado ya pudimos ir a buscar a nuestra princesita etíope, una maravilla de niña, guapa, lista, bichejo... jaja, que voy de decir yo que soy su madre. La adaptación ha ido fenomenal y todas las lágrimas de antes ahora se han convirtido en risas. Y el vacío en nuestros corazones se ha llenado.
No me arrepiento de haber hecho los tratamientos, porque sé que era el peaje que tenía que pagar para llegar hasta ella, y aunque a veces aún duele un poquito (sobretodo el bolsillo, je, je...), no miro hacia atrás, sinó que disfruto el presente.
Pensareis que es fácil adoptar cuando ya se ha tenido un hijo bio, pero para nosotros fué una decisión dura, nuestro hijo mayor es fabuloso y nos hacía desear con mucha fuerza tener otro como él, pero ahora que tenemos a la niña puedo confirmar que el amor no nace de la genética, que es algo mucho más grande y que se puede querer igual a un hijo aunque no lo hayas parido, aunque sea completamente diferente a ti (incluso de otro color).
Espero de verdad que todas consigais ser mamás con la ayuda de la ciencia, pero si por desgracia no lo conseguís, no perdais la esperanza, siempre hay otros caminos. Y por encima de todo, que nada afecte vuestra autoestima (a mi los fracasos en fiv me la afectaron bastante), la maternidad es algo fantástico, pero todas somos mucho más que madres en potencia y la vida hay de disfrutarla a tope.
Muchas suerte y besos.