Hola,
En primer lugar agradeceros la ayuda que os brindáis unas a otras, es genial. En mi caso, hace tiempo que os leo, pero hasta ahora no me había decidido a registrarme y exponer mi caso. Se viene un buen tocho, tened paciencia, jeje.
Soy una chica de 29 años. Llevo con mi pareja (de 32 años) 10 años, de los cuales 5 han sido conviviendo y uno de casados. La verdad es que con él es todo genial, lo amo con locura, es el chico más bueno que conozco. Somos muy parecidos en casi todo, gustos musicales, viajes, aficiones, cine, deportes... Nunca nos ha costado demasiado ponernos de acuerdo a la hora de hacer las cosas, disfrutamos del mismo cine, de los mismos conciertos musicales, amigos, etc. Somos felices y nos lo pasamos muy bien juntos. A duras penas hemos tenido una discusión fuerte durante estos años.
El único problema que hay en nuestra relación, es el tener hijos. Cuando nos conocimos éramos muy jóvenes, casi adolescentes, y no quería tener hijos, se lo dije claro (pese a que de muy pequeña quería muchos muchos). Él me dijo que él tampoco tenía demasiado interés, que le daba bastante igual. Total, pasaron los años y en él cambió algo. A eso de los 30 me reconoció que la idea no le parecía mal, que podría estar bien que en un futuro nos planteáramos tener algún crío. A mí de primeras me impactó, pero debo decir que pese a que ahora mismo NO quiero un hijo, he de decir que para el futuro, ya no es ese NO tan rotundo, es un "ya veremos, puede que si, puede que no". La cosa es que sin darme cuenta, durante estos úl!@#*!s dos años hemos pensado nombres para los críos (siendo niño o niña), hemos comentado guarderías y colegios que tenemos por el barrio, viajes que se pueden hacer y no con críos, salidas, ropa graciosa que se le podría comprar, cosas que haríamos con ellos, canciones que podríamos hacerles (ambos tocamos varios instrumentos)... ¡Incluso como podríamos distribuir el piso si algún día lo tenemos! y todo eso no ha sido porque él me presione, que quede claro, en muchas ocasiones soy yo la que he sacado el tema. Él siempre dice que uno, pero he llegado a decirle que mejor dos, imaginaos. Y es que todo esto me sale así, cuando se lo digo es porque me sale de dentro, porque creo que puede estar bien, ni mucho menos para hacerle sentir bien. Pero como os digo, otras veces, la mayoría, pienso que no.
Hace unos días volvió a salir el tema y le dije que yo ahora mismo no quiero tenerlos, y que en un futuro no lo sé, no estoy segura de nada. Hay momentos en que siento que podría estar bien, me imagino un futuro junto a él, envejeciendo juntos y felices, y algunas veces también nos imagino con niños por la calle, pero luego de repente cambio de idea directa al NO. Es como una montaña rusa y me da pena por él. Siento que es mucha responsabilidad el día a día y que eso nos lleve a tener problemas y acabemos separandonos. También me asusta mucho la posiblidad de que nazca con algún problema o discapacidad. Es algo que me aterra y que creo que me haría sentir terriblemente culpable. Creo que si alguien pudiera asegurarme que nacería sano me ayudaría mucho en la decisión. No sé si soy capaz de correr ese riesgo. He trabajado en el sector de la sanidad y he visto muchas cosas.
¿Alguna ha tenido una situación similar? ¿Qué debo hacer? Sé que todavía por edad no tenemos urgencia, pero me gustaría conocer casos similares. En el fondo me gustaría cambiar de idea, decirle que SI, pero siento que ahora no puedo y no sé si podré nunca, pero en cambio me gusta fantasear con lo que haríamos como familia. Sé que es contradictorio. No siento ese instinto maternal desesperado que dicen muchas mujeres, esa necesidad imperiosa de ser madre a toda costa. Muchas dicen que eso viene con el tiempo, sobre todo cuando tus amigos comienzan a tener.
Si sirve de algo, decir que él tiene un empleo estable desde hace años y un buen suelo. Yo he terminado recientemente unos estudios inacabados y estoy en la búsqueda de empleo.
saludos y muchas gracias.