He tenido un bebé el 20 de mayo de 2010, hasta el momento sólo había tomado mi leche, siempre en biberón porque nunca quiso coger el pecho y eso que intenté múltiples estrategias. El caso que mi bebé no se tomaba toda la leche que me extraía con el sacaleches, así que la congelé. Siempre ha tenido problemas con la alimentación, y por fin hemos descubierto que lo que le pasaba es que ha desarrollado alergia a las proteínas de la leche de vaca (a la caseína no) y se ha sensibilizado a través de mi leche. Si bien es cierto que yo fui alérgica hasta los ocho años de edad y que durante el embarazo y lactancia he consumido muchos lácteos. Ahora estoy con dieta sin lácteos y le doy algunas tomas de Neocate, ya que hasta las fórmulas extensamente hidrolizadas no las ha tolerado.
El caso es que dispongo de unas 30 bolsas de 150 mL. congeladas de fechadas de julio y agosto de 2010 y me han prescrito no darle esa leche a mi bebé. Ahora no sé que hacer con ellas, y me da pena desperdiciar ese alimento que con tanto cariño guardé para él.
No soy fumadora, no tengo ninguna patología complicada. La leche se encuentra congelada en bolsas individuales de Medela, en un congelador que sólo está habilitado para esta leche a unos -20C.
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