EL CUADRO DE LA MONJA
Esto es un convento de monjas, del que la madre Superiora era muy aficionada a la pintura, y pintaba cuadros, y convocaba a las monjitas para verlos, y todo. Un día pintó un Niño Jesús, y llamó a las monjas:
- Hermanas, hermanas, venid a ver el último cuadro que he pintado.
Llegan las monjas y se ponen a alabar el cuadro:
- Oh, qué bonito, que Niño Jesús tan mono, que hasta parece de verdad, bla, bla...
- ¿Pero no le falta algo?
Todas se quedan extrañadas y empiezan a murmurar:
- Si, parece, no caigo, que puede ser...
Dice la Superiora:
- Tranquilas que me informo y lo arreglo.
Se queda la Superiora sola, y pensando.
- ¿Qué puede ser lo que le falta? Yo lo veo normal. ¡Ah! Ahí fuera está Amadeo, el jardinero. Le preguntaré a él.
Lo manda llamar.
- Amadeo, mira, es que he pintado el cuadro y bla, bla, bla... ¿qué puede ser lo que le falta?
- Mire, madre, es que le falta la pilila.
- Ah, claro, es que como yo fui novicia de muy niña, claro, no sé de esas cosas. ¿Y cómo es?
- Es queee, explicárselo, así en fríoooo...
- Ya sé, enséñamela y me sirves de modelo.
Entonces Amadeo el jardinero le sirve de modelo para completar el cuadro, y ya os podéis imaginar como queda el Niño Jesús con la ... de Amadeo... Total, que la Madre Superiora llama a las monjas de nuevo:
- Hermanas, venid, que ya he completado el cuadro.
Llegan las monjas, y cuando ya están todas, la Madre Superiora lo muestra, y todas exclaman al unísono:
- ¡¡AHIVA!! ¡¡LA ... DE AMADEO!!
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"ACCIDENTE DOMESTICO" (El PERIODICO DE CATALUNYA, LUNES 14/02/00):
En la madrugada de ayer, una pareja acudió al hospital
después de haber sufrido un singular accidente domestico. El cuadro de traumatismos que presentaban era el siguiente:
el hombre tenia múltiples y profundas heridas en la
zona genital, concretamente en la base del pene. La
mujer sufría quemaduras de segundo grado en la espalda y varios golpes en las regiones superiores de la cabeza. El desconcertante motivo de tales lesiones, según explicaron a los médicos, fue el siguiente:
Después de hacer el acto sexual, el hombre, que tan solo vestia un delantal de cocina, se puso a freír un huevo. La mujer, todavía excitada por el reciente acto sexual, se arrodillo bajo su compañero y empezó a practicarle una felación. El hombre, distraído de su labor, vertió una considerable cantidad de aceite hirviendo sobre la espalda de su compañera. Esta, debido al punzante dolor, empezó a apretar con fuerza sus mandíbulas, causándole al hombre las heridas antes mencionadas. Este, en medio de un comprensible estado de pánico, no se le ocurrió mas que coger la sartén y golpear repetidas veces sobre la cabeza de su compañera....
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EL TIO DE LOS ZAPATOS
Un tipo entra a una zapatería y se le acerca el vendedor:
"Buenas tardes, ¿En qué puedo servirle?"
"Quiero unos zapatos del número seis".
"Verá, señor, no es por contradecirlo, pero a simple vista puedo ver que su número es al menos siete y medio".
"Eso no importa, yo quiero un número seis, si no, no compro nada".
"Está bien".
El dependiente le trae un número seis; el tipo se los prueba y
comenta:
"Perfecto, me los llevo puestos".
Cuando va de salida, el vendedor ve que el tipo va sufriendo porque los zapatos le aprietan. El vendedor, intrigado, se le acerca:
"Señor, disculpe, pero no me puedo quedar con la duda, ¿cómo es que compra sus zapatos así, si se ve que está sufriendo porque no le quedan?"
"Mire, le voy a contar mi historia: mi mujer me engaña con mi mejor amigo; mi hija es una ... mi hijo es drogadicto y ... mi suegra vive con nosotros y me echa la culpa de los problemas familiares... ¡El único placer que tengo en la vida es cuando llego a mi casa y me quito estos malditos zapatos!"
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Marian (espero que nadie se sienta ofendida)