Tiene pros y contras
las dos mayores se llevan 23 meses, y sí, la verdad es que criarlas es duro, son dos bebés a la vez, con muchas necesidades y muy demandantes; pero a medida que crecen, ves tanta afinidad entre ellas, pueden compartir juguetes, aficiones, y más tarde, amigos y ropa, además de ser una piña cuando hay que "defenderse" o "cubrirse" las gamberradas.
Ha valido la pena
Y tanto ha valido la pena que, cuando nació la tercera, pensamos que no sería equitativo que creciera como hija única, así que a los 17 meses tuvo otra hermanita... y criar a este segundo par vuelve a ser complicado cuando las dos demandan cosas, pero ya se están haciendo "mayores", y empiezan a comportarse como hermanas... vale la pena, insisto