Lo primero, felicidades a todas las mamis por vuestras preciosidades y también Feliz Año Nuevo con un poco de retraso.
Ha sido un mes muy difícil para nosotros, pero por fin estoy en casa con el peque (por suerte el niño está perfectamente, la que he estado mal he sido yo).
Flavio nació el 15 de diciembre a las 21:55, con 3,480 gr y 50 cm. El parto fue muy bien, muy rápido. Llegué al hospital sobre las 7 de la tarde y a las 10 de la noche ya lo tenía entre mis brazos. Pasé de 3 a 10 cm en menos de una hora y el periodo expulsivo duró sólo 15 minutos. Las contracciones eran muy intensas y dolían una barbaridad (pasé de tenerlas cada siete minutos a tenerlas cada treinta segundos en menos de media hora, así que no tenía tiempo para recuperarme), pero la verdad es que todo pasó muy rápido. No me pusieron la epidural porque no tuvieron tiempo. Yo no hacía más que pedirla (en ese momento hubiera vendido el alma si hubiera hecho falta) pero el anestesista estaba en quirófano y cuando vino ya era demasiado tarde. Fue todo tan rápido y tan intenso que lo recuerdo de forma muy extraña, todos los detalles está como difuminados, pero nunca olvidaré la sensación primero al salir la cabeza y luego el resto del cuerpo, cuando le oí llorar nada más salir y cuando me lo pusieron encima, tan pequeñito y tan calentito. Tuve un pequeño desgarro pero ni me enteré. La matrona se portó muy bien, yo pude ponerme en todas las posiciones inimaginables (excepto cuando me desgarré, que me tumbaron en la cama) y para recibir al pequeño apagaron las luces y me lo puso enseguida encima. Mientras esperaban a que saliera la placenta mi marido fue con la puericultora a bañarlo y a vestirlo. Y luego me lo trajeron enseguida para que le diera el pecho. Me encontraba perfectamente, como si nada, me duché nada más subir a la habitación, podía agacharme, subir escaleras. 48 horas después ya estaba en casa y aparte del cansancio y de estar muy sensible, todo iba bien. Pero dos días después empecé a perder más sangre y unos coágulos enormes (del tamaño de una manzana, parecía que la cabeza del niño estaba saliendo otra vez). Me fui a urgencias (eran los 12 de la noche) y los muy cazurros me mandaron a casa, me dijeron que el útero estaba un poco perezoso pero que con unas gotas de oxitocina todo volvería a la normalidad. Esa noche fue horrible, seguía perdiendo mucha sangre, en plan exagerado. Yo no hacía más que llorar, me encontraba fatal y tenía miedo y encima me sentía culpable por no poder ocuparme bien del pequeño. Sobre las 6 mi marido llamó a mi ginecólogo al móvil, le contó lo que pasaba y me dijo que fuera al hospital que él iba también. Y cuando llegué al hospital me tomaron la tensión y la enfermera se fue corriendo a llamar al médico. Yo no me acuerdo de nada más porque me desmayé, pero me tuvieron que operar de urgencia y hacerme una transfusión porque había perdido demasiada sangre. Mi marido dice que fue en plan capítulo de Urgencias. Lo que se habría solucionado con un legrado y unas horas después ya hubiera estado en casa, se complicó por culpa de unos incompetentes y casi la palmo. Luego estuve en cuidados intensivos y sin poder coger a mi niño en brazos por todos los cables, los monitores, los goteros, etc. Por suerte sólo le dieron leche artificial 2 días, luego empezaron a sacármela las enfermeras. En fin, las primeras navidades de mi niño en el hospital Ahora lo cuento como si nada, pero me ha costado más de un mes recuperarme, física y emocionalmente. Todavía me siento rara. En esos momentos se piensan muchas cosaspienso en todo lo que me hubiera perdido si hubiera sido una de esas mamás que mueren de parto, que parece que esas cosas ya no ocurren También pienso mucho en la persona que dio un poco de su tiempo para ir a dar sangre y gracias a la cual hoy puedo tener a mi niño en brazos Bueno, en el fondo me alegro de haber estado en el hospital por mí y no por el niño.
Ahora cosas más alegres. Estoy encantada con mi pequeño. Todavía no me lo creo!!! Eso sí, no hace más que comer y llorar. Y cuando llora parece que lo están matando. ¡Qué pulmones! Duerme poquísimo, sobre todo por las noches, que después de mamar le da por querer juerga. Y sólo quiere bracitos. No hay forma de que se duerma solo en la cuna. Vamos, todo lo que se supone que no debería hacer. Hoy ha cumplido 1 mes y 10 días y pesa 5,320. Lleva una media de 400 gramos a la semana y la pediatra me ha dicho que tengo que espaciar más las tomas, que no es bueno para el estómago que mame tan a menudo, pero yo no soporto verlo llorar y chuparse las manos como un desesperado, aunque poco a poco me voy acostumbrado. ¿Cada cuánto comen los vuestros? Bueno chicas, después de este rollo sólo deciros que he pensado mucho en vosotras durante estas semanas y que espero que sigamos en contacto, aunque ahora todas tenemos menos tiempo. Voy a ponerme al día con vuestros posts.
Muchos besos
Ester y Flavio
Ah, he puesto algunas fotos del peque en el álbum. Lo podéis conocer buscando por autor spagnola.