Ive por malformaciones
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No hay palabras ahora....
Sé que no puedo colaborar con mucho pero sólo quería mandarte un gran abrazo a la distancia y mucha fuerza para salir adelante.
Escribí todo cuanto quieras para desahogarte porque eso, tal vez, te ayude y acá está Blixen que pasó por algo parecido y tuvo una postura muy positiva, jamás se puso en victima, y hoy está cursando un hermoso embarazo y es un ejemplo viviente de que SE PUEDE.
Un abrazo 
Muchas gracias
Hola chicas, muchas gracias a todas por vuestras respuestas y vuestro apoyo, es genial tener un foro asi donde podemos contar nuestras alegrias y penas y rellenar un poco el vacio que sentimos. En mi caso tengo suerte porque ese vacio me lo llena mi enanito de 2 años que es un amor y pienso que ha sido tosdo cuestin de mala suerte y que la siguiente vez ira todo bien, me quedare embarazada, y tendre otro lucerito precioso al que mimar mucho.
Blixen,debes ser una persona estupenda porque por aqui parece que todas te aprecian un monton, me alegro mucho de que habiendo pasado por una mala experiencia estes embarazada y feliz, si quieres contarme tu vivencia me encantara oirla,
lo dicho, gracias a todas por vuestras respuestas aunq este no sea el foro apropiado.
un abrazo.
Txatxe
Mi vivencia fue la de muchas mujeres. Para mí, la peor, claro, pero para cada una su desgracia es la peor. Yo me quedé embarazada en julio de 2009. Tenía 30 años y era mi primer embarazo. Todo marchaba aparentemente bien hasta que me hicieron la medición de la translucencia nucal, que dio altísima (7,8 mm cuando el límite está en 3 mm). Luego, el triple screening arrojó un resultado para Trisomia 21 y Trisomia 18 de 1 entre 5. Vamos, que blanco y en botella. Me hice una biopsia corial deprisa y corriendo y se confirmó el diagnóstico para Trisomia 21. Interrumpí a las 13 semanas, el 12 de septiembre de 2009. Qué te voy a contar que no sepas. Un horror. Pasé una época malísima, me encontraba mal, tenía pesadillas cada noche y muchas ganas de llorar. Me dolía mucho que la gente le intentara quitar importancia para animarme. Yo sé que lo hacían con buena intención pero aun así me dolía, como si no hubiera sido nada, me daba mucha rabia que me dijeran que lo olvidara cuando yo no podía ni quería olvidarlo. No por autocompasión sino porque no, no sé, sentía que tenía que aprender a vivir con ello, no taparlo y hacer como si nada. Preferí tenerlo presente cada día hasta que me doliera menos y pudiera formar parte de mi vida. Aun ahora no hay día que no piense en ello aunque ya no lloro (o no demasiado), he aceptado que hay cosas que pasan y que cada persona se enfrenta a ello como mejor sabe. Mi decisión no fue ni mejor ni peor que la de otra, pero fue la mía y es lo que hay. Fue, ha sido, y sigue siendo una época extraña de mi vida, como si no me estuviera pasando a mí, como si no supiera qué opinar al respecto, como si fuera aprendiendo cada día a sobrellevarlo de una manera diferente.
A finales de noviembre, tras hablar con la genetista del hospital sobre los resultados del cariotipo fetal (que confirmaron que se trataba de una trisomia libre, es decir, producto del más puro azar), nos dieron luz verde para buscar un nuevo embarazo. El 14 de marzo de 2010 tenía de nuevo mi positivo. Estábamos contentos pero un poco asustados aunque tras haber tenido una mala experiencia, el sentido común nos decía que no íbamos a tener la mala suerte de tener problemas de nuevo. Pues nos equivocamos porque a las 10 semanas empecé a manchar y en urgencias me dijeron que ya no había latido, se había parado sobre las 9 semanas, así que nada, legrado al canto, el 26 de abril de 2010. Estuve muy triste, mucho mucho. Pero ahora lo veo con perspectiva y creo que mi cuerpo fue más sabio que yo. No sé como explicarlo. Había pasado una época muy mala y quería quedarme embarazada enseguida para ver si así me dolía menos todo pero realmente no sé si estaba preparada, no sé si fue una buena idea buscarlo tan pronto. No me reconocía y a día de hoy creo que aún no me reconozco, el mundo de la maternidad jamás me había llamado la atención, no me gustan los niños, no me había planteado ser madre hasta el primer embarazo (que no fue buscado y me pilló completamente fuera de juego, con un disgusto que no veas). Pero sentía un vacío tan extraño que no lo sé explicar. Me suena contradictorio incluso a mí. No me gustan los niños pero quería al mío, no quería que me pasara todo lo que me estaba pasando. Mi marido y yo nos hicimos análisis de nuestros cariotipos y salieron normales. Otra vez, mala suerte.
En julio tuvimos luz verde de nuevo para intentarlo otra vez pero decidimos dejar pasar las vacaciones y reemprender los trabajos en septiembre. Me quedé enseguida. El pasado 20 de septiembre tuve de nuevo un positivo. Y hasta hoy. A las 13 semanas me hicieron una biopsia por mis antecedentes. Esta vez todo estaba bien. Llevo un niño cromosómicamente normal. Estoy embarazada de 30 semanas y 3 días y todavía no me lo termino de creer. No sé muy bien cómo gestionar todo lo que me ha pasado durante el último año y medio, intento ser racional pero es, como te he dicho antes, como si no fuera real, como si no supiera bien bien qué hacer con mis sentimientos. Pero no me queda otra que vivir con todo esto. Es importante querer estar bien, obligarse un poquito a ser racional, aunque muchas veces se tiene la tentación de regodearse en la pena. Pero a mí no me ayuda, me hace sentir peor.
Espero que tu duelo no sea demasiado malo. Te prometo que se pasa, que todo pasa, sólo hay que tratar de encontrar la postura más positiva posible, tienes que poner de tu parte, pero se pasa. No se olvida nunca pero se puede vivir con ello.
Un beso y muchísimo ánimo. Por supuesto que si quieres desahogarte no tienes más que hacerlo, que anda que no me han aguantado tochos estas ni nada 
Txatxe
Mi vivencia fue la de muchas mujeres. Para mí, la peor, claro, pero para cada una su desgracia es la peor. Yo me quedé embarazada en julio de 2009. Tenía 30 años y era mi primer embarazo. Todo marchaba aparentemente bien hasta que me hicieron la medición de la translucencia nucal, que dio altísima (7,8 mm cuando el límite está en 3 mm). Luego, el triple screening arrojó un resultado para Trisomia 21 y Trisomia 18 de 1 entre 5. Vamos, que blanco y en botella. Me hice una biopsia corial deprisa y corriendo y se confirmó el diagnóstico para Trisomia 21. Interrumpí a las 13 semanas, el 12 de septiembre de 2009. Qué te voy a contar que no sepas. Un horror. Pasé una época malísima, me encontraba mal, tenía pesadillas cada noche y muchas ganas de llorar. Me dolía mucho que la gente le intentara quitar importancia para animarme. Yo sé que lo hacían con buena intención pero aun así me dolía, como si no hubiera sido nada, me daba mucha rabia que me dijeran que lo olvidara cuando yo no podía ni quería olvidarlo. No por autocompasión sino porque no, no sé, sentía que tenía que aprender a vivir con ello, no taparlo y hacer como si nada. Preferí tenerlo presente cada día hasta que me doliera menos y pudiera formar parte de mi vida. Aun ahora no hay día que no piense en ello aunque ya no lloro (o no demasiado), he aceptado que hay cosas que pasan y que cada persona se enfrenta a ello como mejor sabe. Mi decisión no fue ni mejor ni peor que la de otra, pero fue la mía y es lo que hay. Fue, ha sido, y sigue siendo una época extraña de mi vida, como si no me estuviera pasando a mí, como si no supiera qué opinar al respecto, como si fuera aprendiendo cada día a sobrellevarlo de una manera diferente.
A finales de noviembre, tras hablar con la genetista del hospital sobre los resultados del cariotipo fetal (que confirmaron que se trataba de una trisomia libre, es decir, producto del más puro azar), nos dieron luz verde para buscar un nuevo embarazo. El 14 de marzo de 2010 tenía de nuevo mi positivo. Estábamos contentos pero un poco asustados aunque tras haber tenido una mala experiencia, el sentido común nos decía que no íbamos a tener la mala suerte de tener problemas de nuevo. Pues nos equivocamos porque a las 10 semanas empecé a manchar y en urgencias me dijeron que ya no había latido, se había parado sobre las 9 semanas, así que nada, legrado al canto, el 26 de abril de 2010. Estuve muy triste, mucho mucho. Pero ahora lo veo con perspectiva y creo que mi cuerpo fue más sabio que yo. No sé como explicarlo. Había pasado una época muy mala y quería quedarme embarazada enseguida para ver si así me dolía menos todo pero realmente no sé si estaba preparada, no sé si fue una buena idea buscarlo tan pronto. No me reconocía y a día de hoy creo que aún no me reconozco, el mundo de la maternidad jamás me había llamado la atención, no me gustan los niños, no me había planteado ser madre hasta el primer embarazo (que no fue buscado y me pilló completamente fuera de juego, con un disgusto que no veas). Pero sentía un vacío tan extraño que no lo sé explicar. Me suena contradictorio incluso a mí. No me gustan los niños pero quería al mío, no quería que me pasara todo lo que me estaba pasando. Mi marido y yo nos hicimos análisis de nuestros cariotipos y salieron normales. Otra vez, mala suerte.
En julio tuvimos luz verde de nuevo para intentarlo otra vez pero decidimos dejar pasar las vacaciones y reemprender los trabajos en septiembre. Me quedé enseguida. El pasado 20 de septiembre tuve de nuevo un positivo. Y hasta hoy. A las 13 semanas me hicieron una biopsia por mis antecedentes. Esta vez todo estaba bien. Llevo un niño cromosómicamente normal. Estoy embarazada de 30 semanas y 3 días y todavía no me lo termino de creer. No sé muy bien cómo gestionar todo lo que me ha pasado durante el último año y medio, intento ser racional pero es, como te he dicho antes, como si no fuera real, como si no supiera bien bien qué hacer con mis sentimientos. Pero no me queda otra que vivir con todo esto. Es importante querer estar bien, obligarse un poquito a ser racional, aunque muchas veces se tiene la tentación de regodearse en la pena. Pero a mí no me ayuda, me hace sentir peor.
Espero que tu duelo no sea demasiado malo. Te prometo que se pasa, que todo pasa, sólo hay que tratar de encontrar la postura más positiva posible, tienes que poner de tu parte, pero se pasa. No se olvida nunca pero se puede vivir con ello.
Un beso y muchísimo ánimo. Por supuesto que si quieres desahogarte no tienes más que hacerlo, que anda que no me han aguantado tochos estas ni nada
