Buenos días a todas.
Pues ya me tocaba a mí escribir sobre el foro, espejo de la vida real, pero con normas y leyes extrañas. Una inmersión intermitente en un mundo sordo y subacuático donde, de forma aleatoria, navegan personas de distintas calidades y, a veces, bucean; que da mucho gustito pero conlleva riesgos como encontronazos con voraces trolls o lo que es peor, con uno mismo, en este caso una misma, puesto que somos todas mujeres o más bien suponemos que así sea, aferradas a el débil hilo que nos conecta con la realidad del día a día.
Hablo por mí y por mi experiencia, que ya se sabe cuan susceptibles son los pececillos. Me siento bien contestando a mujeres virtuales con las que me identifico y pienso que tal vez pueda ayudarlas en un acto en apariencia altruista pero, como en el amor y como en todo en la vida, de fondo egoísta. Es algo insólito como, sólo con palabras y algún que otro símbolo simple, y desde el más engañoso anonimato, se edifica un mosaico de emociones que arrancan lo peor y lo mejor de nosotras. Cómo alguien que no conoces, puede irritarte, molestarte, decepcionarte o incluso hacerte llorar. Cómo alguien del que sólo sabes que tiene un teclado, o ni eso, puede sacarte una sonrisa, tenerte pendiente de una respuesta, de un agradecimiento o tenerte el alma en vilo por anhelar la pronta recuperación de su bebé virtual o de su marido, ya sea real o imaginado. Se parece a cuando te sumerges en una novela y luego el mundo te parece distinto, un poco cambiado, un poco más irreal.
El foro me permite expresarme cuándo y cómo quiero, una libertad propia de las leyes foriles particulares, siempre limitada por la personalidad, educación y vivencias de una misma. Me doy cuenta, que no soy tan rara, que lo que siento es común, que muchas piensan y sienten como yo y eso me reafirma y me hace sentirme mejor conmigo misma y alimenta mi autoestima, ¿qué extraño no?, siendo todo meras y volátiles palabras de mujeres virtuales. Puedo decir, con cierta vergüenza, que el día que colgué las fotos de mi boda, me hicisteis muy feliz con vuestros comentarios. Que cuando os solidarizasteis conmigo cuando tuve obstrucciones y me brindasteis vuestro apoyo y ayuda incondicional, incluso me emocioné y creció mi fe en la buena gente. Y con más vergüenza todavía, os cuento que un troll me hizo sentir extraña, con otro, me enfadé y que el último troll me hizo indignarme. Y que, por las experiencias en la vida real, que todas tenemos, tengo miedo a decepcionarme.
Esto no es un ... pediátrico, ni un lugar donde se hable de bebés, y ni siquiera es lo que debería ser, ni lo que se pretende, no nos engañemos. Es un ente vivo, con mareas cambiantes, con islas que, como espejismos, aparecen y desaparecen, con nada a lo que aferrarse, totalmente inestable pero a su vez, totalmente seguro, bajo la férrea protección del anonimato. Y como toda marea que se precie, van y vienen los mismos posts: que si teta si, teta no, que si colecho si, estivill no, que si basta de trolls, que si basta de decir que basta de trolls, que si esto no debería estar en un foro de bebés, que si somos mujeres con inquietudes más allá de nuestros bebés, que si mi suegra, que los mocos, mi marido no entiende, hoy estoy mal, hoy soy feliz, que si esto es sálvame, que me hundes, que me salvas.
Y de nuevo, como toda marea que se precie, un banco de mujeres de colores, arropan al pececillo cuando lo necesita y le ceden su ardiente protección de grupo o, por el contrario, en la natural ferocidad de documental de la 2, lo destripan sin piedad.
Y yo, tan celosa siempre de lo mío, tan misteriosa, sin atreverme nunca a mostrar mis intimidades, me exhibo aquí, como todas, siempre un tanto incómoda, con la consiguiente bandada de, a saber cuantas aves voyeurs, sobrevolando sin ser vistas.
Aquí estamos para ayudarnos unas a otras, ojalá fuese tan fácil, pero no, claro, ¡ay!, que este foro es como una paradoja, una contradicción constante, como la vida. Y aquí os dejo algo para reflexionar: la paradoja del mentiroso, y como estamos aquí, en este curioso mundo virtual, pues pongo el enlace y ahí se las arreglen, señoras, naveguen como sólo ustedes saben, por fuera y por dentro de sí mismas:
http://es.wikipedia.org/wiki/Paradoja_del_mentiroso
Y ya mismo, en un bit, vuelvo de las profundidades abisales y como dijo Jim Carrey, pececillo de lo absurdo, en El Show de Truman: y por si no volvemos a vernos, ¡buenos días, buenas tardes y buenas noches!