Mi muy querido niño: Son las 2 de la madrugada y estoy sentada al ordenador intentando escribirte esta carta, porque quisiera poder expresar en ella todo el amor que tengo guardado en mi corazón para ti.
No sé si podré conseguirlo, porque el amor no es algo que deba plasmarse en una carta; ni siquiera es algo que deba ser guardado en el corazón. El amor quiere ser expresado, necesita ser expresado frente a frente.
Hoy me siento triste tuve una discusión con tu mami y con mi hijo y peleamos en tu casa, al final me han hecho sentir que no soy parte de vuestra familia y me he sentido muy mal toda esta tarde y ahora ya no consigo dormir, me ha dolido mucho que tu nos viste discutir y tus padres pensaron que yo queria hacerte daño ¿pero como podria hacerte daño? si eres el hijo de mi hijo y sangre de mi sangre.
Por la tarde me han hablado por telefono me dijieron que ya no me dejaran verte, asi que me conformare con solo soñarte, y con poder mirarte en las fotos que tengo distribuidas por todas partes; y besarte en el papel cada vez que te eche de menos, cosa que ocurre cada día del año, cada hora de cada día del año, cada minuto de cada hora de cada día del año.
Tanto tú como yo nos estamos perdiendo algo muy importante, pero sobre todo tú, porque nosotros, al fin y al cabo ya somos personas adultas y tenemos recursos para compensar esta carencia, yo por ejemplo escribirte esta carta, confeccionar un álbum con tus fotos, llenar la casa de fotografías, pero sobre todo, cerrar los ojos en el silencio de cada noche y traerte a mi mente para darte un abrazo y abrazarte fuerte, porque pienso que, de alguna manera, ese abrazo llega a ti a través de mi deseo de que sepas lo mucho que te quiero, que te queremos.
Tú, en cambio, no puedes hacer nada. Y ¿sabes con nada podran compensarnos el tiempo que ya no estaremos juntos.
Recuerdo aquellas tardes en el parque deslizándote por el tobogán, mientras me llamabas para que mirara lo bien que lo hacías; la forma en que me llamabas "abuelita" para enseñarme algún juguete que te gustaba; cómo me explicabas con tu media lengua que las "escavaroras" estaban paradas porque los sábados no trabajan, y la forma en que se te iluminaba la cara cuando me veías sacar la cajita de las chuches del bolso.
¿Sabes, mi niño?, al principio siempre que iba a verte te llevaba alguna chuchería: un chocolate, un cochecito lleno de bolitas dulces, una pelota de goma, un cuento, o cualquier otra cosa que me gustara. Lo compraba con toda la ilusión pensando en lo contento que te ponías cuando te señalaba el bolso para que lo encontraras.
Siempre te seguire amando tal y como eres.
Ojala tus padres tambien me amaran a mi tal y como soy.
Cariño, tu abuela
