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NUEVA YORK (Reuters Health) - Un nuevo estudio asegura que adoptar una rutina a la hora de dormir mejora los patrones de sueño de los niños y los bebés, como así también la conducta en la cama.
El equipo de la doctora Jodi A. Mindell, de la Saint Joseph's University, en Filadelfia, observó que cumplir una rutina a la hora de dormir es bueno también para el estado anímico materno.
A diferencia de madres que no implementaron esa rutina con sus hijos, las que lo hicieron durante dos semanas "sintieron menos fatiga, tensión y depresión", dijo Mindell a Reuters Health.
El equipo convocó a 405 madres (206 con bebés de 7-18 meses de edad y 199 con hijos de 18-36 meses) para participar en una intervención durante tres semanas y evaluar cómo una rutina nocturna modificaba los trastornos del sueño leves a moderados y las malas conductas a la hora de dormir de esos niños.
Las mujeres, de entre 18 y 49 años, llevaron un diario sobre el sueño durante una semana para precisar cuánto demoraban sus hijos en quedarse dormidos, con qué frecuencia se despertaban de noche y qué conductas y patrones de sueño tenían.
Durante las siguientes dos semanas, 134 madres con sus bebés y 133 madres con sus hijos pequeños cumplieron con 30 minutos de rutinas nocturnas específicas que incluyeron un baño, un masaje o la aplicación de una loción sobre la piel y abrazar al niño o realizar alguna otra actividad relajante antes de dejarlo despierto en su cuna o cama para que conciliara el sueño sin ayuda.
El resto de los pares madre-hijo (grupo de control) mantuvo los hábitos de costumbre, mientras que todos los participantes cumplieron con horarios preestablecidos para dormir y despertarse, explicó el equipo en la revista Sleep.
Los diarios que llevaron las madres durante las dos semanas demostraron que los bebés y los niños pequeños se quedaban dormidos más rápido, se despertaban menos y por períodos más cortos durante la noche y tenían un sueño más relajado después de la rutina para ir a la cama.
Los niños pequeños tenían también un mejor estado de ánimo matinal.
En cambio, los patrones de sueño y las conductas nocturnas del grupo de control no variaron significativamente.
Además, las mujeres que implementaron y cumplieron con las rutinas para dormir a sus hijos lograron mejorar su estado anímico, lo que no ocurrió en la cohorte de control.
El equipo opina que se necesitan más estudios para establecer si un determinado aspecto de la rutina a la hora de dormir es más efectiva o si la rutina en sí reduce los trastornos infantiles del sueño.
INSOMNIO INFANTIL:
El insomnio es el trastorno del sueño más común en los niños. No importa la edad de nuestro hijo: puede comenzar en los primeros meses de nuestro bebé o presentarse cuando ya es un poco más mayor. Lo más común es que, desde casi el principio, nuestro hijo duerma mal, se despierte varias veces durante la noche y, sobre todo, que le cueste conciliar el sueño, y más si está solo. Cuanto más mayor sea el niño peor, ya que cuando adquieren lenguaje expresan su malestar en este momento, o intentan iniciar conversaciones, dictar las normas y alargar el momento de irse a la cama.
Las causas pueden ser muy variadas. Puede que desde pequeño no se haya acostumbrado a dormir la noche completa, o también es posible que sí durmiera bien, pero que después de una enfermedad le hayamos acostumbrado a dormir con nosotros en nuestra cama, o que haya comenzado con los terrores nocturnos o pesadillas. No hay un patrón fijo; cada niño duerme mal por un motivo diferente.
Consecuencias del insomnio:
Los niños deben descansar un número determinado de horas, según la edad en la que se encuentren. Es necesario saberlo y respetarlo, ya que sino, comenzarán a aparecer los clásicos síntomas por falta de sueño. Los recién nacidos necesitan un total aproximado de 15 horas de sueño, los niños de un año unas 13, de dos años, 11 horas aproximadamente, y hasta los cinco, de 11 a 10 horas. Un niño que no descansa y no duerme las horas necesarias se muestra muy irritable, con mal humor, cansado y necesita más atención por parte de sus padres, ya que está más mimoso.
Por otro lado, los padres que no pueden descansar a consecuencia del insomnio de sus hijos se sienten culpables por no conseguir que el niño duerma. También se muestran irritables y, por supuesto, muy cansados (lo que repercute también en el trabajo). Como podemos imaginar, al combinar el cansancio e irritabilidad de los niños con nuestro propio sueño, culpa e inseguridad, obtenemos días con tensiones innecesarias y un ambiente familiar nada sano.
Conseguir una buena rutina del sueño:
Conseguir en casa una buena rutina para ir a la cama puede garantizar un sueño placentero, ya que aporta seguridad y, en el caso del sueño, conseguiremos poco a poco bajar el ritmo de actividad y relajar a nuestros hijos.
Primer paso:
Antes de la hora del baño y para que el niño sepa con un poco de antelación que el juego se ha acabado, recogemos los juguetes. Si no tiene costumbre, le ayudaremos hasta que consigamos que pueda hacerlo solo.
Segundo paso:
La hora del baño. Es un momento muy relajante y afectivo para los niños. Por un lado, consiguen toda la atención de los padres, caricias y mimos y por el otro, el baño con agua caliente les relaja mucho. Si lo finalizamos con un pequeño masaje con crema, mejor.
Tercer paso:
La cena. Si es en familia mejor, sino les acompañaremos y aprovecharemos para hablar o estar con nuestros hijos (dependiendo de la edad) y procurar que sea un momento tranquilo y feliz.
Cuarto paso:
Un rato de juegos tranquilos y relajados con papá y mamá. Si podemos sentarnos con ellos y cogerlos, jugar tocándolos y abrazándolos, se sentirán más protegidos, a gusto y evitaremos que vayan activándose poco a poco.
Quinto paso:
El cuento o la nana si es muy bebé. Con el niño acostado, contamos el cuento que elija, con luz tenue y hablando bajito. Si nos pide más, no debemos ceder. Les explicamos que es sólo un cuento antes de dormir.
Último paso:
Le damos un beso de buenas noches y salimos de la habitación. No debemos quedarnos hasta que se duerma o no aprenderá a hacerlo solo. Si durante la noche se despierta, debemos acudir nosotros, nunca él a nuestra habitación, ni mucho menos a nuestra cama. Si no se queda tranquilo, le explicamos que no pasa nada y que es hora de dormir.
Siguiendo una rutina damos seguridad al niño, y podemos evitar peleas a la hora de irse a la cama que sólo sirven para que se ponga nervioso y le cueste más dormir. No debemos ceder a sus peticiones, ya que no entenderá que lo hagamos sólo una vez, y pretenderá salirse siempre con la suya. Así conseguiremos que nuestro hijo descanse, nosotros también y que el ambiente familiar mejore.
Por Arantza Silgado, maestra de Educación Infantil
Como podéis ver, lo que Estivill y otros doctores pretenden no es tanta locura ni está toooodo el mundo en contra como ciertas personas se empeñan en hacernos creer. No sé a vosotras pero a mi me parece muy coherente todo lo que aquí se explica.
Ver también
A ver:
El estudio es reciente, se acaba de publicar a principios de este mes en la revista Sleep, fundada en 1979 por C. Guilleminault y W. C. Dement, y que es una de las publicaciones especializadas de mayor prestigio internacional en el ámbito de la investigación sobre el sueño y sus trastornos. En su página web pueden encontrarse los resúmenes de los trabajos publicados.
Por otro lado, si aplicáramos el (por llamarlo de alguna manera) "Método Estivill" a nuestros hijos desde muy pequeños (adaptándolo siempre a la edad) no harían falta lloros ni disgustos.
Mi hijo se duerme solo desde muy bebé porque desde que llegamos del hospital le enseñamos a eso. JAMÁS ha estado llorando más de 1 minuto en su cuna, nunca le he dejado llevarse un berrinche porque siempre he acudido a su lado. No me ha hecho falta aplicar ninguna tabla de tiempos porque, con todo nuestro sentido común y nuestro instinto, teníamos claro que lo mejor para él era que aprendiera a dormir solo sin necesidad de nadie más que de él mismo.
A día de hoy, puedo decir que en mi casa TODOS dormimos 8 horas nocturnas ininterrumpidas (mi hijo duerme 10 por la noche y 3 de siesta) y nos levantamos la mar de descansados. Mi hijo es un niño feliz, como cualquier niño... que cuando acaba su bibe de postre después de su cena, se va él solito a coger a sus muñecos y nos espera al lado de la cuna para que le metamos dentro a dormir y lo hace porque quiere y porque tiene sueño y no lo hace para nada triste sino la mar de feliz.
Parece que a ciertas madres les moleste que esto pueda llegar a conseguirse sin traumas para nadie y sin ningún problema, parece que si tienes un hijo NECESARIAMENTE debes olvidarte de dormir... pues ESO NO ES ASÍ.
Si alguien quiere que le explique mejor como entre los tres (mi hijo de 20 meses, mi marido y yo) hemos conseguido la enorme felicidad de descansar por las noches, que me envíe un privado porque sé que hay muchas madres muy desesperadas por no poder dormir.
Por favor, jennyemi,
¿podrías decirme en qué estudio o revista científica se ha concluído que los niños duermen peor a partir de los 6 meses? no sé... lo pregunto porque yo no lo he leído nunca en ningún sitio y, da la casualidad que mi único referente REAL para mi (que es mi hijo) comenzó a dormir de un tirón a partir de los 4 meses y 1/2 que es cuando dejó la toma nocturna. Lo cierto es que pasó por los seis meses como si nada... y por los 7, los 8, los 9... así hasta llegar a los 20 de ahora; y puedo asegurar que mi hijo es tan normal y tan corriente como el tuyo o como el de cualquier otra madre.
No creo que se deba hablar sin saber de lo que se está hablando... yo nunca he opinado sobre el colecho porque no lo he practicado y lo desconozco (por ejemplo) entonces, me asombra que se opine sobre algo que se desconoce por completo. Siempre digo lo mismo: no son válidas (como ejemplos) las experiencias de aquellas madres que después de 20, 21 o 28 meses durmiendo a su hijo en brazos, mamando, cantándole, en el sillón o dándole una vuelta a la manzana con el cochecito... dicen que han aplicado el método Estivill porque ya no podían más y que ha sido una tortura... ¡¡NORMAL!! a ver a quien no le cuesta cambiar sus hábitos... si el peque está acostumbrado a una manera de hacer las cosas, exige esa misma manera.
Por eso siempre he dicho que es bueno hacerlo desde que son muy pequeños...
No has debido leerme
pero ya te he dicho en otro post que no pienso hacer aprecio a nada de lo que digas. No quiero que pienses que si no te contesto es porque soy una maleducada (de ahí que te lo haya dicho)... simplemente no tengo interés en hablar con alguien tan irrespetuosa como tú.
Bien... ¿y?
Es que aquí nadie dice que los niños no se despierten ¿es que tú no te despiertas alguna que otra vez a lo largo de la noche?.
Lo que yo (y mucha más gente más puesta en el tema que yo) afirmo es que si el niño en uno de esos "despertares" (y lo pongo entre comillas porque no son despertares propiamente dichos) observa que su entorno es el mismo que cuando se durmió, que todo está en orden que no tiene sed, calor, frío... se vuelve a dormir porque sabe como hacerlo solo sin necesidad de estar tocando el pelo de su mami, oyendo su voz o viendo la tele...
Con eso que habéis puesto seguís sin demostrar nada de nada porque eso no lo cuestiona nadie (ni siquiera el OGRO de ESTIVILL, lo que demuestra que de leeros el libro... vamos, que no).
SI es que es tan sencillo (normalmente) como lo siguiente: si el niño para dormir necesita unas cosas determinadas (sea una canción, un paseo, un susurro...) en esos despertares nocturnos lo volverá a necesitar para volver a dormirse; mientras que si el niño está acostumbrado a dormirse en su cuna, con su chupete (o sin él), con sus muñecos (o sin ellos) con luz (o sin luz)... y en uno de esos despertares todo sigue igual que cuando él se durmió, pues se vuelve a dormir sin más.
Y esto, creo yo, no es ninguna crueldad... y quien diga que sí es que sabe muy poco de lo que es este mundo y de lo que es cruel realmente. Si un niño por llorar puede sufrir lo que algunas decís por este foro en su edad adulta, no quiero pensar en los niños que sufren guerras, acosos, malos tratos, abandonos... esos pobres más vale que se mueran ¿no? porque según vosotras no podrán alcanzar la normalidad y la felicidad jamás de los jamases.
Vamos a ver...
de entrada yo no me estoy pasando de lista. Simplemente ofrezco mi propia experiéncia como tantas otras madres y ya está. Simplemente digo que es algo que se puede conseguir en la mayoría de los casos y no menosprecio a nadie porque no es mi carácter ni mi forma de hacer las cosas.
De entrada considero que cada cual hace lo que quiere en su casa y con su familia. He iniciado este post con la única intención de que en este foro se leyeran otras opiniones diferentes a las de "Estivill es lo peor" "Enseñar a dormir a tus hijos es de ser una madre que no escucha a su instinto", "Los niños a los que se les enseña a dormir son niños maltratados"... y demás lindezas. He puesto este post para que se vea que miembros muy reputados de la comunidad científica están de acuerdo con lo que Estivill dice en su libro, he puesto este post para demostrar que no hay una única manera de ver el mundo.
Por lo demás, llámalo suerte pero desde luego estoy muy feliz del sueño de mi hijo. Estamos en la de siempre: si una madre está contenta de que su hijo esté por encima de la media en altura y el mío es un canijo (por ejemplo) ¿tengo que sentir que me está menospreciando?. Joé... es que en este foro en cuanto algo te sale o te va bien, estás faltando a las madres que no tienen esa "suerte". Vena ya...
Repito, cuento mi experiéncia porque es cierta, porque es real y porque creo que puedo ayudar con ella a madres que estén pasando un mal momento.
Afortunadamente sé de lo que hablo (suelo leer mucho y nunca escribo nada que no tenga fundamento o aceptación científica). He leído tanto como puedas haber leído tú sobre el sueño infantil y sobre más cosas que no vienen a cuento y no pretendo presumir de nada delante de ninguna madre (soy muy mayor para ello) simplemete pretendo ayudar y ofrecer otros puntos de vista igualmente válidos como lo son otros.
Está claro...
si se quieren sacar pegas de todo se puede...
En este foro muchas madres escriben desesperadas buscando consejos sobre cómo pueden mejorar el sueño de sus hijos y el suyo propio. Según tú, lo mejor es callarse y decir: lo siento mucho, hija... seguro que cuando tu hijo tenga 10 años duerme de maravilla ¿no?. Porque ¡claro! de lo contrario, si le dices como lo haces tú la haces sentir mal.
Pues mira, no sé en qué mundo vives tú, pero yo, si mi hijo no coge peso y una mamá me cuenta (con el fin de echarme una mano) como alimenta ella al suyo que está como un toro pues... ten por seguro que lo último que voy a hacer es tomármelo a mal... no soy una malpensada y siempre creeré que esa madre está tratando de ayudarme.
Yo cuento mi experiencia y como veo yo las cosas. Creo que tengo tanto derecho como las demás: no critico a nadie por hacer algo distinto a lo que yo pienso, no llamo mala madre a ninguna (cosa que conmigo si han hecho ya sea directa o indirectamente), no tiro por los suelos otros modos de hacer las cosas... en fin, como ya he dicho antes sólo intento aportar una visión diferente de las cosas que, en muchos casos (aunque os empeñeis en negarlo) funciona muy bien y sin traumas.
Las demás lecturas las haces tú solita y no pienso seguir justificándome contigo porque creo que no he dicho nada malo ni ofensivo para nadie. Si tú quieres coger las cosas por donde queman ¡¡allá tú!! mi intención no va por el mismo camino que la tuya.
No hay nada peor que sentirse ofendida por cualquier cosa que no sea una ofensa. Aquí hay personas que dicen BARBARIDADES y cierto sector las aplaude... quizá debería plantearme que clase de personas intervienen en este foro (salvando a unas cuantas, claro está)