El después - el principio y el fin

Hola,
Primero quisiera agradecer el apoyo enorme con el que me he encontrado en este foro. Ha sido un gran alivio saber que hay personas que han pasado por lo mismo y están bien, y también que hay personas que te entienden y intentan aliviar tus dolores.

Quisiera contar como ha sido, me imagino que entrarán muchas chicas y temen lo que será después, como se sienten, como es la intervención. Y me siento tan agradecida a este foro, que quisiera compartir mi experiencia, en el caso de que pudiese ayudar aunque sea solo una chica que está en su casa, dudosa, llorando y llena de miedo.

Esta ha sido la decisión más difícil que he tomado en mi vida, y espero jamás encontrarme en una situación semejante. Desde el primero momento que supe que estaba embarazada se me cayó el mundo encima. Siempre había pensado que en el raro caso de que me quedara se aborta, aunque no es algo que haga gracia, lo veía friamente. Pero claro, una vez que me encontraba con mi bebe (porque ya no lo llamas un feto, aunque no es más que un pescecito) en mi barriga, y entendida porque estaba tan rara ultimamente (había pedido cita con una psiquiatra porque tenía unos genios incontrolables, me encontraba depresiva etc... pero claro tenía su explicación en todas esas hormonas). En dos segundos cogí cariño a mi bebe, lo quería, incluso a esas hormonas cogí cariño!!! Pero también sabía que la situación estaba totalmente equvivocada, mi relación estaba a pedazos, y también tenia muy claro de que no quiero ser madre soltera. Lloré mares, y mares, y mares. En mi vida he sentido una tristeza tan profunda. Hoy, dos semanas más tarde sigo llorando en ese momento tan bonito, pero tan equivocado.

Es diferente si estoy en una relación y se rompe, son cosas de la vida, pero aquí las cosas pintaban bastante mal, las raices estaba podridas. Encima con mi novio que decidió que sí lo quería, cuando no ha querido comprometerse en nada durante dos años y medio. Me llenó de ilusión, de casarnos, de arreglar el piso, me regalaba cosas (es un buen hombre, pero detallista nunca ha sido). Durante once días viví un infierno, momentos de ilusión y felicidad, y los más oscuros de desilusión y desesperación. Al final decidí escuchar mi cabeza, después de varios incidentes, uno que he descrito en otro post.

Estuve a seis semanas, o ocho me parece que cuentan si cuentas desde la última regla. Estando en la clínica tenía mucho miedo, no había ni un segundo que no dudaba. Me sacaron sangre, me hicieron la eco (me hinché de preguntas, buscando una razón para irme, si se veía, si era grande, si se veía el sexo, que se esto que si lo otro). Vi al psicólogo (por videoconferencia!!), el médico y el anastesista (no dudáis en elegir general). Al rato me metieron en el cuarto para cambiarme y esperar mi turno. Tiramos ahí mi amiga y yo (no quise que mi novio me acompañara, no sabía que sería capaz de hacerlo y como el quería nuestro bebe con todo su corazón no podía hacerle eso) casi una hora y media. Había pedido a Dios que me mandara una señal para decirme lo que tenía que hacer. Y no sé si llegó esa señal, porque estando ahí, me contó mi amiga como ella y su nuevo amor (están locamente enamorados) habían hablado de matrimonio y niños y nombres de niños, y cuando me dijeron el nombre, me quedé helada. Fue EL NOMBRE que nosotros habíamos elegido (y solo cinco días antes de que fuera concebido), mi niña, mi Clara. Me hinché de llorar. Al rato llegaron por mi, y seguí para adelante. No sé donde saqué las fuerzas, pero seguí.

La intervención fue muy sencilla, me animaron con bromitas en el quirófano, hubo un ambiente muy bueno, me dormí muy bien, y cuando me desperté no sé que me habían puesto pero estaba con un colocón encima. Vaya, que si ponen música me pongo a bailar! Pedí un abrazo del médico, que muchas gracias, lo habían hecho muy bien. Que si sobraba algo de la anastesia que lo metiera en un bote y me lo llevaba a casa, porque no vea, que cosa más buena, jaja, y así seguía, riendome de los pañales que me habían puesto. Menos mal que duró poco, porque era capaz de montar una fiesta ahí! Al rato volví a la realidad, y vinieron las lagrimas. Pero también el alivio, no me dolia, había manchado dos gotas, había terminado el tener que elegir, había hecho lo que tenía que hacer, aunque no paraba de pensar en mi niña, en la señal que me habían dado. Estoy tan agradecida a ese rato de paz que me dieron al despertarme, el estar tan colocada, quitó ese momento tan traumático de saber que ha terminado, así lo fui asimilando poco a poco.

Llegué a mi casa, y durante ese día estaba tranquila, un poco tristona, pero la anastesia y eso me tenía un poco atontada. Por la noche fui a ver un amigo, y me animo bastante y me senti bien por la primera vez en mucho tiempo. El día siguiente fue un día durísimo, no paraba de pensar en la señal, me sentía vacia, mi inquilina (la llamaba así) ya no estaba. Mi cuerpo había sido una casa llena de vida, de ilusión, esperanza y sueños de un futuro, y ahora no había nada, sólo negro. Sin embargo, en todo momento mi cabeza decía lo mismo, que había acertado. Mi novio estaba muy mal, me evitaba y no me daba cariño, lo cual me hacía más depresiva todavía.

El día siguiente estaba muy mal, depresiva como nunca. Tomé la decisión de no pensar más en señales, yo sabía que había hecho lo que tenía que hacer, no eran las circunstancias en las que quería mi bebe. Me mentalicé. Y estuve dos días sin llorar, hoy he llorado porque os he escrito esto. Ayer fui a una psiquiatra que me ha dado ansiolíticos para los momentos duros. Pero he decidido no hacer caso a mi corazón más, en mi cabeza no he dudado ni una vez si he hecho bien, eso sí, he seguido pensando lo mucho que me gustaría que todo fuera diferente, que ojalá hubiera estado bien en mi relación para tener mi niña, pero no ha sido así. Y he aprendido aprovechar mejor el momento, no quiero seguir estando mal en una relación... para que??? Para eso, mejor seguir cada uno por su camino, ya habrá otro hombre, y un día encontraré una persona con la que no dudo en que quiero que sea el padre de mis hijos y mi embarazo solo sera fruto de alegría. Ahora mismo estoy apostando por mi novio, llevamos unos días donde estamos muy unidos, creo que él también ha visto la importancia de lo que ha pasado, y está dispuesto a intentar cambiar las cosas poniendo de su parte. Claro está, que no tendré el aguante como antes, y espero que el no lo tenga tampoco. Vamos a empezar terápia de pareja, a ver donde nos puede llevar. Por lo menos no vamos a estar dando vueltas en el mismo punto, o avanzamos, nos aceptamos y aprendemos a comunicarnos y entendernos, porque querernos ya lo hacemos, o vemos que nuestras diferencias son demasiado grandes, y que mejor cada uno por su camino. Se lo debemos a nuestra niña.

Bueno, os dejo antes de ponerme muy sentimental de nuevo. Gracias de corazón por vuestro apoyo, e intentaré ayudar igual que vosotros que me habéis orientado en este momento tan duro. Seguiré para adelante, lo sé, pero ella siempre estará conmigo, mi angelito.
Un beso muy grande!