Bueno chicas acabo de pasar un momento de terror, por donde lo vea. Os cuento: suena el timbre y me asomo por el ojo que sirve de mirilla, está un hombre muy normalito, vamos, que podría ser un vecino y abro. No sé ni por qué. Debí hablar a través...lo cierto es que dice que viene por poca cosa y suelta un rollo de miseria personal espeluznante, daba lástima es verdad, dijo que si le podía dar algo de dinero o un bocadillo. Lo veo y viene de chaqueta de cuero y dice que viene de Madrid a mi barrio -21 kms.- para eso. Pidiendo. A ver, de donde yo vengo este tipo de cosas lamentándolo mucho no conmueven ya tanto, pasa cada rato y deplorablemente una se acostumbra. Es vergonzoso deciroslo pero es necesario ser sinceros. También esta que allá nunca se abre la puerta a extraños porque suelen ser ladrones o embaucadores, es algo que he hecho aquí en España porque hay otro nivel de confianza en la calle, menos riesgos. Veo que otros lo hacen y casi que es ya por educación. Así que me dio un pánico pensar que el hombre me podía empujar para dentro y luego me conseguirían quien sabe en qué condiciones...que mi reacción fue decir lo siento señor ahora no puedo darle nada....aaaaaaaaarrgggghhh!! lanza al aire una maldición hacia mi persona, yo cierro la puerta y me quedo pensando y viéndome a mi misma como una auténtica mie#~%da, con perdón. Así que recuerdo que tengo un paquete de magdalenas sin abrir. El desayuno de mi hija pero nada que no pudiera reponerse en unos días. Y me armo de valor, abro la puerta y lo llamo, ya le habían lanzado la puerta en las narices mi vecino de al frente, logré escuchar el estruendo y bajó por la escalera, aún estaba en el piso de abajo y me dice: ¡¡¿qué?!!, le digo señor que le he conseguido esto para que desayune y contestó muy toscamente y gritao que lo dejara, que le daba igual y que se yo que otra retahíla de malos augurios porque con la misma me vine despavorida a mi casa.
Ahora me siento además de asustada nada más pensar que me pueda conseguir al hombre en la calle y tenga los demonios sueltos (uno nunca sabe quien es quien y más un tipo que te toca la puerta de tu casa una vez) y quiera vengarse, me siento también cabreada por sentirme tan miserable por negarle algo de comer, exponerme como lo hice y que el hombrecillo me enviara a meterme las magdalenas por dónde mejor me cupieran, vaya. Chicas que mal rato.
Y estoy sola, como siempre. No tenía otra que contaroslo a vosotras que son las personas más próximas. Gracias por permitirme liberar un poco el susto pero os juro que ahora cuando baje a buscar a la peque iré con la paranoia .
Laiming