Siempre creí que tendría primero una hija. Hace unos meses escribí, mientras lloraba a moco tendido, la siguiente carta, espero que les guste.
"Hace más de 2 años que te espero, pero no es una espera sencilla, tranquila y sosegada como debería ser, entre otras cosas porque yo no soy de esa manera.
Te cuento que tu espera está llena de pequeñas y grandes cosas: de la sorpresa con la que anunciaré a tu papá tu futura llegada, con alguna que otra ropa separada para cuando estés en mi vientre, con tu cochecito, tu móvil, tu sábana y acochado, tu habitación casi lista y parcialmente amueblada y por supuesto con tu nombre elegido.
Mi camino hacia vos estuvo, está y estará sembrado de abundantes lágrimas lloradas a escondidas y no tanto, de grandes depresiones, de preguntas sin respuestas, de maratones médicas, de padecimientos físicos y también de cierto sentimiento de castigo divino o autocastigo por errores pasados.
Muchas veces te imagino en mis brazos iluminando mi mirada y haciéndome sentir que puedo ser mejor por el sólo hecho de tenerte a mi lado.
No tengo la certeza de cómo será tu rostro pero sí se como será el mío cuando te tenga, y estará lleno de alegría y de lágrimas, lágrimas de felicidad y de triunfo, porque no me daré por vencida.
Quizás no sea una buena madre para vos, pero sé que serás una buena hija para mi, porque creo que lo que se anhela tanto no puede llegar a ser malo.
También se que cambiarás radicalmente mis días y mis noches, y que cosas que hoy me importan me parecerán insignificantes, por ejemplo sé que perder mi silueta no me importará, porque eso significará que estás dentro mío.
Además te cuento que hay toda una familia ansiando tu llegada, un abuelo que te espera para inventar la mayor cantidad de malcrianzas posibles, el otro que querrá llevarte al partido Socialista, una abuela que no ve la hora de hacerte todos los modelitos que aprendió en moldería, 2 magníficos perros que te esperan para celarte y cuidarte y en general toda una familia para llenarte de mimos.
Por todo eso y porque con papá hemos atravesado muchos campos de dolor y sorteamos muchas trampas de desilusión y amargura, te pido desde mi más profundo y sincero sufrimiento que no tardes en venir y así puedas escuchar todos los días nuestra voz diciendo Hola brujita, Hola Samantha.
Mamá
22/11/02