Bueno, ya que leí como quinientos partos en estos días, al fin me decido a contar el mío. Yo ya estaba de 42 semanas y era mi primer parto, a pesar de que tenía cierta ansiedad y de que era mi primer bebé, creo que estaba bastante equilibrada.
Vivo en un pueblito de la costa, en la Prov de Buenos Aires, Argentina y, como mi familia no es de allí, no tenía mas parientes que mi esposo y mis padres que por suerte habían venido a quedarse unos días a la espera del nacimiento.
Yo ya estaba tan hinchada que no me aguantaba un minuto más. Y encima, en pueblo chico, todo el mundo estaba a la expectativa y por donde iba me preguntaban qué pasaba que no nacía mi nena.
Ya había ido dos veces a monitores durante la semana anterior y aparentemente estaba todo bien y no había de qué preocuparse. El domingo 24 de septiembre perdí el tapón mucoso, como a las nueve de la noche. Me dí cuenta porque me salió de golpe mucho flujo aunque sin sangre, como sé que ha ocurrido en otros casos.
Me quedé tranquila porque al otro día tenía monitores de nuevo asique al menos, me dije, ya voy con alguna novedad.
Al día siguiente, a las ocho de la mañana, salimos para los monitores al hospital que queda a setenta kilómetros de donde vivimos. Fuimos en el auto con mi esposo, los dos tranquilos y muy calladitos, íbamos por la ruta. Ya desde que me había levantado a las siete, había empezado a notar algunas contracciones bien rítmicas pero muy espaciadas. Asique antes de entrar a monitores busqué a la matrona y le dije que algunas contracciones ya tenía y que había perdido el tapón la noche anterior. Me revisó y me dijo, "tenes cuatro centímetros de dilatación, estás en trabajo de parteo, vamos a internarte"
Yo no podía creer que ya iba cuatro centímetros y ni me había enterado.
Me pusieron en monitores y me mandaron a comer un alfajor porque tenía la presión un poco baja. Cuando me volvieron a revisar, ya las contracciones venían más seguido, pero no me dolían eran las once de la mañana y tenía seis de dilatación.
A todo esto, mi esposo había llamado a mi mamá y yo andaba de acá para allá. Me acercaba a las camas de las otras mujeres y charlaba y charlaba y preguntaba cómo habían sido los partos y miraba los bebés y así, muy entretenida me lo pasaba. Cuando me venía una contracción, respiraba como me habían enseñado en las clases de yoga y luego seguía charlando y caminando, no me podía quedar quieta.
A la una de la tarde me dijeron que no me iban a dar de comer porque me podía descomponer luego. Me llevaron a una salita y mi palparon, ahí ya tenía ocho centímetros y las contracciones venían bien seguidito. Me rompieron la bolsa porque ya en un rato iba a estar dilatada completa y no se me había roto.
De ahi me volvía mi cama y padí unas compresas para no mojarme mucho porque el líquido me bajaba abundante. A las tres de la tarde las contracciones se habían vuelto bien seguidas y aunque eran fuertes no me dolían y yo estaba muy tranquila y todos muy sorprendidos de que no gritara como loca. Ahí empecé a tener la sensación de que la beba se me empezaba a bajar, entonces llamé a la matrona y caminando entré a la sala de partos, todavía estaba con bragas y me las saqué antes de acostarme en la camilla. Me sentí muy incómoda porque tenía que estar en posición horizontal y yo me sentia mas cómoda si estaba con el torso levantado.
Me metiron el suero, que me dolió de ... madre, y ahí empecé a sentir dolor con las contracciones. No sé por qué empecé a tener ganas de vomitar y la sensación de que me desmayaba. Ni siquiera me di cuenta cuando me hicieron la episiotomía, es el dia de hoy que no sé en que momento me la hicieron.
Estuve un rato haciendo pujos y pujos y la beba no salía y yo seguía sintiendo que me desmayaba. Hasta que en un sólo pujo, con ayuda de una enfermera que me empujaba la panza, salió enterita mi nena.
Salió y empezó a llorar a los gritos. La sensación fue que algo patinoso, muy mojado, me salía de adentro pero volando.
Me pusieron algunos puntos porque con la salida veloz algo me desgarré, aunque nunca supe cuánto ni pregunté ni me importó.
Mi hija nació a las 15.50, pesó 2760 y midió 51 cm. Cuando salí de la sala de parto estaba mi mama en la puerta toda colorada de llorar. Después me enteré de que había estado en la sala de partos veinte minutos, a mí me habían parecido dos horas, ja ja.
Bueno, ese fue mi parto, entré y salí caminando, y creo que fue muy rapido, aunque hubo momentos que se me hicieron eternos ahora me doy cuenta de que todo pasó volando y especialmente que el haber tenido un trabajo de parto tranquilo me ayudó a llegar entera a ese momento que es el mas importante. No tuve peridural, creo que algo de occitoxina me pusieron al final.
Me contó mi papá que ese dia llevaron a mi hijastro, que tenía seis años a la playa a pasear porque estaba muy ansioso y que él encontró un hipocampo en la arena y dijo "este me va a traer suerte, seguro que va a nacer mi hermana" Y así fue, nos trajo suerte a todos y siempre guardamos ese hipocampo en una cajita.
Bueno, ahora estoy de 30 semanas, es mi segundo embarazo asique pronto tendré otro parto qué contarle, espero que sea al menos tan bueno como el de mi Victoria.