A finales de 2010 comencé en una clínica privada de Madrid mi primer ciclo FIV, tras dos inseminaciones infructuosas. Al comenzar el tratamiento se lo comunique a por mi entonces jefe y fue todo comprensión y amabilidad. En ningún momento puso impedimentos, a pesar de las faltas, no muy numerosas de dos o tres días como mucho, al trabajo por la punción y las dos transferencias que me hicieron, ambas infructuosas. En febrero de 2011 y tras los fracasos decidí abandonar la clínica privada y pedir cita en la Seguridad Social para comenzar de nuevo los tratamientos de FIV. Como bien sabréis en la Seguridad Social los plazos son largos y me dieron fecha para julio de 2011.
En mayo de 2011 mi jefe se fue desgraciadamente, y entre compañeros, y creyendo en la integridad de la misma, le contó a mi nueva jefa treinteañera mi situación medica y personal. El día doce de mayo, doce días después de adquirir su nueva condición de jefa, me llamo a su despacho para plantearme la siguiente cuestión, la describo literal tal y como sucedió, ya que es imposible olvidar esas palabras: Debe plantearse abandonar el trabajo ya que en su situación y por el tratamiento que esta siguiendo no puede desempeñar correctamente su labor, lo mejor es que deje de trabajar. Además si se queda embarazada seguro que es un embarazo de riesgo y durante los tres primeros meses tendrá que estar en reposo, siendo imposible venir a trabajar. Lo mejor es que deje el trabajo porque su marido puede mantenerla, búsquese un curso por ejemplo de ingles y quédese en casa. Perpleja por su invitación, la dije que no iba a dejar de trabajar. Durante dos meses, y hasta el momento del despido en junio, su presión fue tremenda, me preguntaba continuamente cuando iba a ir al medico, no sabia nada de mi cita de julio, en que centro me iban ha hacer el tratamiento, incremento las horas de trabajo, trato de bajarme el sueldo.
Ante esta situación tan arcaica como discriminatoria e insultante, no solo hacia mi persona, sino hacia todas aquellas mujeres que pretendemos ser madres, he decidido contar mi historia, para que mi experiencia sirva a otras mujeres. Durante cinco años estudie Derecho, después estuve cinco años estudiando una oposición que no logre aprobar, ya que suspendí en el ultimo examen, busque trabajo, lo encontré, trabaje como nadie para mantenerlo, y después de todo me encontré con una mujer que me despide por querer ser madre. Para que todo esto no caiga en el olvido he decidido ayudar a todas aquellas mujeres que puedan tener algún problema similar al mío. Por eso si alguna quiere ponerse en contacto conmigo para dar respuesta a alguna pregunta, asesorarla y ayudarla, estaré encantada. Desde ese momento y desde el punto de vista legal me he puesto al día, ya que yo no la denuncie porque me influiría en el estado de ánimo para afrontar el tratamiento, pero a veces me arrepiento. Ahora todo se ve desde otro punto de vista, más fríamente, y siguiendo la máxima de que cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da.
Un saludo a todas, y ánimo.