Aunque pesé que nunca más volvería a entrar en este foro, porque por desgracia ya no pinto nada en él, y podría leer cosas que no me gustaran y sacudieran mi conciencia más todavía... algo me llevó a entrar, y por una parte me alegro, porque el apoyo de la mayoría de vosotros me "reconforta" al menos un poco, ya que a parte de mi marido, mi hija y mis padres, estoy voluntariamente "incomunicada" con el mundo exterior. El motivo es simplemente que no me encuentro con fuerzas de explicarle a nadie porqué ya no tengo barriguita, o que le pregunten a mi hija por su hermanit@, me pondría a llorar desconsoladamente, y no me apetece nada. Sé que acabaré teniendo que hacerlo, pero necesito tiempo.
Como ya os imagináis por mis palabras, nuestra decisión ha sido la que jamás pensé que tomaría hasta el fatídico 26 de diciembre, después de hablar con el doctor. Ingresé el lunes a primera hora de la mañana y salí ayer (miércoles) por la noche. Ha sido horrible, física y psicológicamente terrible e inolvidable.
Luz de estrella (y otras opiniones parecidas), créeme si te digo que no ha sido por comodidad. Ha sido porque era el único camino que realmente conocíamos. Sabía que me llevaría este sentimiento de culpabilidad a la tumba. Lo sabía antes de decidir lo que decidimos, pero también sabía que el camino "b", o sea el de tenerlo, era totalmente desconocido. Desconocía el grado, e inculso debía aceptar "posibles malformaciones". No sé si eso es vida. Lo que sí sabía era que mi embarazo pasó de ser una maravillosa ilusión a ser la peor de las pesadillas. Lo concebí con todo el amor del mundo, lo llevé en mi vientre durante 19 semanas con toda la ilusión, y lo he matado con todo el dolor de mi corazón. En cualquier caso comprendo tu opinión, porque yo antes de esto, diría lo mismo.
Y ya sin más me despido, agradeciéndoos de corazón vuestro interés, opiniones y sobre todo, el apoyo que he recibido . Nunca lo olvidaré. Muchísimas gracias. Besos.