El síndrome del ovario poliquístico es la segunda causa de infertilidad
Las mujeres suelen consultar porque pierden embarazos o no tienen ovulación
No debe tratarse con cirugía y tampoco con anticonceptivos orales
El primer paso es combatir la excesiva producción de insulina, una hormona que altera el funcionamiento ovárico
Para que una mujer ovule hacen falta dos mecanismos: el de selección -que permite que el organismo elija entre varios folículos u óvulos inmaduros- y el de dominancia, que sella el triunfo de un óvulo entre todos. En las mujeres con poliquistosis ovárica ambos mecanismos fallan. Y por eso es que este síndrome, que sufre cerca del 10% de la población femenina en etapa reproductiva, se caracteriza por la falta de ovulación o de menstruación y, así, convierte al problema en la segunda causa no infecciosa de infertilidad, antecedido por la endometriosis.
"La concepción actual es que el síndrome del ovario poliquístico es parte del síndrome metabólico", explica el doctor Ramiro Quintana, subdirector médico del Instituto de Fertilidad (IFER), afiliado a la UBA. "Una mujer con poliquistosis ovárica tiene hasta un 40% de riesgo de llegar a los 40 años con diabetes tipo II, además de mayor posibilidad de enfermedad cardiovascular, hipertensión y una condición que antecede a todas éstas: la resistencia a la insulina, que estas pacientes sufren en el 70% de los casos."
El doctor Quintana, en consonancia con las últimas investigaciones en el tema, cita un artículo de octubre pasado en la revista Fertility and Sterility, órgano oficial de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, donde los doctores John Nestler y Daniela Jakubowicz, jefe de la División de Endocrinología y Metabolismo de la Universidad de Virginia, EE.UU., y endocrinóloga especialista en fertilidad y diabetes del hospital de Clínicas de Caracas, Venezuela, respectivamente, dejan en claro que al disminuir la resistencia a la insulina se rompe el círculo vicioso del problema.
Quintana agrega que una proporción importantísima -puede llegar a las tres cuartas partes- de mujeres que no ovulan, no menstrúan o presentan abortos espontáneos sufren el síndrome del ovario poliquístico y de resistencia a la insulina, un fenómeno que al dificultar o impedir que la insulina ingrese normalmente en las células para normalizar los niveles de azúcar en sangre causa un cuadro compensatorio llamado hipersecreción insulínica, la antesala de la diabetes.
Cuando hay hiperinsulinemia, "la insulina actúa directamente sobre el ovario -afirma Quintana-, y esto aumenta la producción de testosterona en los folículos. Así, aparecen síntomas masculinizantes, como el hirsutismo (vello), el acné y la piel grasa, la alopecia, una relación cintura/cadera aumentada, que da un patrón de obesidad parecido al del varón, y la falta de ovulación, lo que ocasiona menstruaciones irregulares o falta de menstruación e infertilidad."
La visita al médico viene por el vello excesivo, el acné, la alopecia, las manchas oscuras llamadas acantosis en el cuello o en los pliegues (que son acumulación de insulina), la obesidad o los problemas de fertilidad.
"Además de las alteraciones físicas, las mujeres con síndrome del ovario poliquístico suelen padecer ansiedad, depresión y cuadros de estrés", agrega el doctor Quintana, quien señala que al diagnosticar a una mujer con este síndrome el médico debería buscar entre sus parientes más allegados síntomas compatibles con el síndrome metabólico, ya que el ovario poliquístico es parte de este cuadro, donde interviene la genética.
Ni píldoras ni cirugía
Los óvulos que producen las mujeres con síndrome del ovario poliquístico no llegan a adultos: pequeños e inmaduros, se agolpan en ese órgano sobrecargado, que puede formar quistes.
"Pero la cirugía, que durante mucho tiempo fue el único tratamiento, en realidad hoy debe ser la última opción -afirma, enfáticamente, Ramiro Quintana-, y hay que pensar en este recurso solo si la medicación u otros tratamientos fallan. Como los quistes son secundarios a una complicación hormonal se espera que se reabsorban con un tratamiento apropiado." Tampoco están indicados los anticonceptivos orales, "porque aumentan la resistencia a la insulina", agrega el especialista, que señala que, sin embargo, suelen ser la medicación de rutina.
El tratamiento debe comenzar por un cambio en el estilo de vida. "Bajar de peso, modificar la dieta, tener un plan de actividad física."
Quintana afirma que además de estas intervenciones se indica metformina, "una droga que se introdujo en el mercado norteamericano en 1995, pero se conoce en Europa y en la Argentina desde mucho antes, y que tiene la capacidad de reducir la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia, y permite que hasta el 80% de estas pacientes vuelvan a ovular normalmente y recuperen sus ciclos hormonales".
Sin embargo, otro desafío es que puedan quedar embarazadas. "Para eso deben producir un óvulo de buena calidad -dice-, y en esas circunstancias podemos utilizar otra droga muy conocida, el clomifeno, un estrógeno débil que ayuda a producir óvulos viables. En caso de que tampoco quede embarazada, está aún la opción de la Hormona Folículoestimulante (FSH)."
Pero para algunas mujeres con este síndrome la maternidad puede ser un sueño difícil. "Las complicaciones son el embarazo múltiple y el síndrome de hiperestimulación ovárico, que puede ocasionar graves riesgos para su vida. La fertilización asistida convencional debe realizarse con todos los recaudos posibles para evitarlas. La maduración de óvulos in vitro es una alternativa para evitar el riesgo de hiperestimulación ovárica."