Hola a todas. Entro con otro nick, que me da vergüenza usar el habitual.
Estoy harta de mi marido. Estoy embarazada de 36 semanas, y tengo un bebé de 14 meses. Todo este tiempo he estado trabajando, en una trabajo bastante duro (no quiero decir en qué, comprendedme), que requiere esfuerzo en el trabajo pero también fuera de él (invertir más tiempo y esfuerzo). Él trabaja fuera de casa, a 400 Km, y aquí he estado yo como una mula con todo a la espalda. Y gracias a Dios he estado bien, que es lo único que pido, salud para cuidar del mayor y del que viene.
Cuando venía a casa el fin de semana, venía cansado (por lo viajes, porque decía que estaba muy agobiado en el trabajo), y estaba muy frío conmigo. Encima me dice que es que está resentido conmigo por no haberme ido allí con él estas últimas semanas de embarazo, que así él estaría con su hijo y conmigo. ¿Cómo me voy a ir después de hacer todo el seguimiento aquí?
Ahora me entero, que se ha gastado un montón de dinero en ropa de marca muy buena. Y yo aquí siempre mirando ofertas de pañales, vales descuento, ... (lo que hacemos todas, vamos). Y entre semana mientras estaba allí, se iba de cena con una pandilla que se ha montado, a veces a pueblos hasta a 50 Km de donde vive (muy estresado no estará, digo yo). Y encima me dice que es por mí, para que cuando vaya allí ya se conoce los sitios para que vayamos. Una vez, de vuelta a nuestra ciudad, se ha tenido que parar en un hotel a echar una cabezada, porque se le cerraban los ojos, por haber vuelto tarde la noche anterior (menuda responsabilidad, sabiendo que tienes conducir).
Y luego cuando no es a jugar al pádel, es a montar en bici, o a la playa o a la piscina. Y yo aquí como una mula, doblada.
Y la última que me entero, que se ha cogido una asistenta para la casa, para que se la limpie y le planche. Aquí en casa yo se lo dije hace meses, pero no ha buscado a nadie. El pasa el aspirador y friega los suelos, y por supuesto todo lo demás lo hago yo.
Sobre lo de tener a alguien, pondría la mano en el fuego de que no. Aparte he mirado su móvil, ordenador, y no es tan listo como para ocultarlo todo.
Ya no sé si son las hormonas, pero es que me indigna. Tengo una rabia... Lo mandaría con su madre y me quedaría tan ancha. Total, seguiría sola. Una joyita para otra joya. Porque esa es otra, nunca le dice nada a su mamá. Y eso que nos ha dicho frases de libro: nos hicimos FIV y nos dijo que a ver si no era nuestro y nos habían puesto el de otros, al decirle el segundo embarazo nos dijo que nuestra casa iba a parecer una conejera (ni enhorabuena ni nada). Yo que estoy aquí sola, aún no me ha llamado ni una sola vez a ver qué tal estoy ni si necesito ayuda (que la necesito como el comer). A su hijo le trae la comida el fin de semana y el pan (muchas veces ración para uno), y cuando mi marido le dijo que si no me traía a mí que no trajera, le dijo que ojalá no fuera tan vieja para poder cocinar todos los días y traer la comida. Desde entonces no ha vuelto a traer comida, para nadie.
Bueno, lo de la suegra es lo de menos. Sobre todo quería desahogarme de lo de mi marido.
Perdonad por el rollo, pero lo estoy pasando un poco mal. Pero es que ya no sé si son celos, si las hormonas me están jugando una mala pasada, o soy tonta por aguantarlo.
Besos a todas las barriguitas.