He contribuido poco a nivel activo en este foro, pero a nivel pasivo ha sido mi compañero de viaje en todo este tiempo. Cuando me sentía deprimida, os leía, os tenía más cerca y me reconfortaba ver como había "positivos"que iluminaban el foro. Siempre pensaba que algún día lo escribiría yo, y ese gran dia es hoy. ¿Quién me lo iba a decir? yo que había tirado todas las toallas, que pensaba que era casi una meta inalcanzable.
Llevabamo buscando casi cuatro años. El primer año lo llevamos bien , fue como el de prueba. El segundo, la cuesta era cada vez más empinada. Comenzamos hacernos pruebas. Mi marido dio resultados perfectos, pero a mi me salio lo que ya sabía, mis queridisimos ovarios políquisitos, que nos hacía las cosas difíciles. Hicimos tratamiento para inducir ovulación durante seis meses y tampoco nos dio resultado. La ginecóloga nos dijo que por medios naturales sería muy difícil pero que tranquilos que con reproducción lo conseguiríamos (como si fuese tan fácil aceptar esto).
Este tercer año, las cosas nos las tomamos de otra manera, hicimos examen de conciencia, estabamos bien, nos queriamos y nuestro bebé ya llegaría fuese de una forma u otra. Dejamos esperar seis meses, que comenzase el nuevo año, y nos fuimos a Quiron Barcelona, para empezar con nuestro tratamiento . Como llevabamos las pruebas hechas, la doctora sólo estaba dudosa en unos análisis hormonales y quería repetirlos. Nos dio hora para dentro de semana y media (ya que estaba a punto de bajame) y nos volviamos a ver con las pilas puestas. Pero la warry no bajaba (y yo hasta las narices que otra vez mis pppppppppp ovarios políquisticos me estaban jugando una de sus trastadas). Anulamos la cita y quedamos para la semana siguiente. Pero al llegar el lunes, mi marido insistía en que debería hacerme la prueba de embarazo. Yo en cambio no quería, me había hecho tantas y todas negativas que al final desistí pero sólo pensando "bueno confirmo que es negativo y comienzo a tomar progesterona para que me baje antes". Era tal mi desanimo que me hize el test, dio un positivo como una casa, y yo no ví ni la rayita y me fui. Tuvo que venir mi marido y decirme ¿nena esto qué es? porque ni él se lo creía. Al comprovarlo todas mis emociones se mezclaron, tenía ganas de llorar , de reir, estaba impaciente por hacerme otro porque aquello no me podía estar pasando a mi. Pero sí era cierto, y lo volví a confirmar.
Cuando menos me lo esperaba llegó. Cuando llame a Quiron para anular mi cita y decir que ya lo había conseguido me dijeron no era la única, que la tranquilidad de que se va a hacer un tratamiento y se va a conseguir, hace que muchas veces este no hace falta ni que se haga.
Con esto os quiero decir que nunca perdais la esperanza, que no hagais como yo que la perdí. Y para las que estais en tratamientoque penseis siempre en positivo,que la ciencia esta muy avanzada y hace milagros ( que nacen a los nueve meses).
Un beso para todas y que todas colgeis vuestros++++++++++++++++++++